Lección Privada [Bryan]

Reí sin contenerme con su última frase. ¿Ir a cuidarlo?
- Claro, ¿también quieres flores, verdad? - lo golpeé nuevamente dejándole un marca roja desde el centro de la espalda hasta la costilla derecha.
Su dolor me calentaba más de lo que ya estaba, obligándome a penetrarlo en un ritmo contrario al que él llevaba. Cuando el pet se me movía hacia atrás, yo me movía hacía adelante, logrando llegar hasta lo más profundo en su interior.
Acaricié su miembro con la fusta, amagando con golpearlo en aquel lugar; esperando su reacción mientras mordía su hombro.

-Ah.. ahah... No me gustan los sentimentalismos como esos amo~ -dijo antes de recibir el golpe y volver a estremecerse. Aquello se volvía muy intenso.

Se sorprendió al sentir la fusta en su miembro y ante la sola idea de lo que el mayor se proponía a hacer se le escapó un ruidito de los labios. ¿De verdad iba a hacerlo?

Respiro profundo, intentando controlar su respiración, sus gemidos y su exitación. Pero nada era muy efectivo en ese estado, menos con la forma de penetrarle que ahora llevaba. Al menos si le golpeaba su miembro iba a perder algo de su dureza, eso era inevitable por muy masoquista que a veces fuera.

Pequeñas gotas de sudor le recorrian el cuerpo a causa del ejercicio como por el mismisimo dolor. Miró de reojo a su amo esperando su desición y que de por si ya le hacia tensarse y temblar inconcientemente.

Reí entre dientes al notar su cuerpo tensarse con la "amenaza". No iba a golpearlo ahi... no aún.
Apreté su entrepierna con fuerza, metiendo el dedo índice por el orificio del glande, imposibilitándole así una repentina eyaculación y a la vez aumentando su excitación. Consiguiendo así la trampa perfecta... "excitarse dolía".
Lo golpeé con la fusta en el hombro contrario al que mordía, sin detener mis estocadas.
- ¿ Qué harás ahora, pet experto? - lo reté introduciendo el dígito mas profundo en su miembro.

-M-mierda... -soltó a penas mientras curvaba la espalda intentando de alguna manera generar distancia con el mayor, pero era imposible. Sin haberlo notado había bajado la guardia hasta el punto de ir a meterse justo en la boca del el león.

¿Y?

Bien, era divertido hacerlo, dolorosamente divertido, dolorosamente excitante al igual que su erección.

-Bryan... Ah... No tan... mh..! -¿Que qué haría? ¿Que rayos podía hacer bajo tales circunstancias mas que gemir como loco sintiendo que en cualquier momento se correría?

-Me voy a... -Su cuerpo temblaba notoriamente ante cada penetración y su voz salía a penas entre los gemidos. Aún asi se atrevió a enderezar la espalda y pegarse al cuerpo de su amo, alzando un brazo para alcanzar su cabeza la que no dejó ir de aquel hombro que mordía constantemente. Los golpes ya habían hecho su efecto, lo habían llevado al limite de la cordura y en su mente no podía pensar en nada más que no fuera en el placer que aquel hombre le proporcionaba y las ganas que tenía de eyacular.

-Mh!...por favor... Ah... quiero... -los espasmos en su cuerpo eran cada vez mas fuertes y aun asi no podía correrse por la intromisión ajena. Aquello dolía horrores, le acalambraba el abdomen y seguramente, si continuaba, le haría perder la cordura. Su mano libre se aferró a la de Soul enterrando sus uñas en ella, mas no ejerciendo fuerza para apartarla. Él, después de todo, era un pet y jamás sería capaz de detener a su amo mientras tenían sexo. Sería algo asi como... una falta de respeto~.

Su repentina desesperación logró influir en mí, haciendo que aumentara el ritmo de las estocadas. No lo dejaría correrse hasta no haberme corrido yo.
Coloqué mi mano libre en su vientre, obligándolo a mantenerse siempre en contacto con mi cuerpo.
Fui subiendo la mano desde su vientre a su pecho, luego a su cuello y finalmente su boca, apretando su lengua entre mis dedos. Sólo quería escucharlo gemir, sus palabras estaban demás.
- Tal vez te deje correrte... - saqué casi por completo el dedo del interior de su pene tras decir esto - o tal vez no... - volví a introducirlo más adentro que antes, jugando con el cuerpo de mi pet.

Cuando sintió que el ritmo de las estocadas aumentaban se desesperó. Rasguñó la mano del otro con fuerza ahora si queriendo apartarlo. Al ver que aquello no resultaba optó por utilizar la fuerza bruta con su otra mano y jaló el cabello de su amo.

-Ya...! Por favor..!! Mh!!... -Entendía lo que el otro quería, entendía que no le iba a permitir correrse, que primero tenía que lograr hacerlo correr a él. Seguramente de haber sido posible Eiji suplicaría e incluso lloraría pero ese no era el caso.

Dispuesto al intenso dolor que aquello conllevaba decidió estrecharse aún más. Aprisionando el miembro del otro porque el dolor en su propio miembro erecto era aún mayor.

Estuvo a punto, a punto de correrse cuando el otro quitó su dedo mas enseguida este volvió a aprisionarlo.

"Por favor, por favor, por favor, por favor..." Eran las suplicas en su mente que de a poco comenzaron a salir sin control de sus labios. Evidentemente estaba perdiendo la calma.

La situación se ponía cada vez más intensa. Había perdido al Eiji que conocía, y el pet que follaba ahora se veía completamente indefenso... era otra persona.
Sonreí sádicamente al ver lo que había conseguido... Tiraba de mi cabello, me rasguñaba, suplicaba... sólo le faltaba llorar para ser perfecto, sin embargo, pudo compensar aquello.
Tensó su cuerpo, volviéndose más estrecho y así la sensación de placer se hizo mayor para mí, aunque no podría decir que fue lo mismo para él. Con cada estocada podía sentir como lo destrozaba por dentro, usando su sangre como lubricante.
Estando al borde del extasis quité el dedo de su miembro y lo masturbé un par de veces. No me consideraba tan maldito como para no darle un premio por tal actuación...
No pasó mucho tiempo para que me corriera en su interior, llenándolo con mi esencia.

Sintió una corriente electrica recorrerle toda la columna vertebral haciendole tensar todo su cuerpo y gemir desesperado contra el cuello de Bryan, aun manteniendo aquella posición.

-AH!..A-Amo!! -le llamó al sentir como se corría en su interior, acción que derivó rapidamente en su propio climax. Al fin se corrió casi a tiempo con el mayor. Sin embargo rapidamente las fuerzas le abandonaron por lo que se dejó caer sobre la mesa, aun sintiendo las reacciones de su cuerpo post orgasmo.

Una sutil risita se le salió de los labios, sí, estaba conforme, satisfecho como hace tiempo no lo había estado.

-Muchas gracias, Amo~ -le susurró un poco meloso mirandole de reojo desde su posición, sin dudas había conseguido ponerlo de un excelente humor.

Pasé la mano que lo masturbaba a su espalda, dándole una caricia lujuriosa cuando se recostó sobre el escritorio del profesor.
Sus agradecimientos me obligaron a besarlo, mordiendo su legua un poco más y tirando del cabello de su nuca.
- Ya veremos si estarás tan agradecido mañana cuando no puedas ni levantarte - dije con algo de maldad mientras sacaba mi miembro de su interior. Estaba manchado con sagre, al igual que el semen que se escurría por su entrada dilatada.
Separé sus piernas para revisar el daño. Al parecer los alquileres quedarían pendientes por un tiempo, aunque claro, eso lo dejaría a su elección.

Respondió el beso con gusto, mas meloso y sumiso que al comienzo. Aún intentando reguar su respiración y el estado de éxtasis en el que había quedado.

-Lo estaré... igualmente.. -dijo a penas al sentir cuando Bryan abandonaba su interior. Sin dudas dolía y la sensación de sangre y semen escurriendo no era exactamente agradable, pero no importaba ya que se trataba de él.

Se dejó revisar sin siquiera reclamar o emitir palabra, podía imaginarse como estaba pero ¿qué? Aquello no iba a matarlo.

Una vez se sintió un poco mas estable intentó incorporarse más el dolor le detuvo a medio camino. Estaba acalambrado y sentía su interior, literalmente hecho añicos. Ante ello prefirió seguir en la mesa.

- Al menos me has dejado el día libre, pero me recupero rápido. -le sonrió por no querer demostrar del todo su condición actual. De paso se ordenó un poco el cabello y el parche de su ojo.

- Hm... considerá el día libre como un premio - busqué entre la ropa tirada mi sudadera y me la coloqué. Necesitaría salir "vestido" del salón de clases para tomar una ducha, y posiblemente Eiji también... Aunque siendo pet, ¿que importaba si caminaba unos pasillos desnudo?
Tomé la ropa de Eiji y la puse sobre el escritorio, pasandole la mano por el cabello una vez cerca.
- ¿Vas a ir a ducharte? ¿O prefieres descansar? - pregunté mientrras me vestia.

-Una ducha por favor. -Dijo en un segundo intento por incorporarse, cosa que esta vez pudo soportar mejor.- Odio estar sucio con algo más que sangre. -le sonrió como culpandolo por eso.

Agradeció a Soul por acercar sus ropas. Hubiese sido una tortura ir por ellas. Incluso el vestirse lo era. Ni siquiera pensó en los pantalones, tan solo la camisa y ya.
Suspiró pesadamente antes de hacer el intento de bajarse del mesón, cosa que logró en cierta medida, pero no logró ergirse como para caminar ni siquiera pudo dejar de apoyarse en el mesón pues las piernas le temblaban evidentemente. Aun asi siguió intentando regular su respiración y tomarse de "buena y retorcida forma" el dolor.

En uno de sus intentos por dejar la mesa casi termina por irse a suelo. Lo que le hizo maldecir en voz baja. Recién ahora se daba cuenta de que a veces era un poco orgulloso, odiaba verse del todo vulnerable pero no era un super humano ni nada por el estilo.

- Quieres que te traiga una silla de ruedas - me burlé al verlo por poco caer al piso.
Nunca había tenido la oportunidad de presenciar esta clase de vulnerabilidad en Eiji, ni mucho menos oírlo rogar ni desesperarse. Había sido una buena noche... al punto que llegó a hacerme sentir compasión por su actual estado.
Una vez vestido me acerqué a él sin decir palabra y lo levanté en brazos. Sabía que no le agradaba que lo cargaran, pero al paso al que iba llegaría a tomar una ducha la próxima muerte de obispo.
- No quiero quejas... - le advertí antes de que pudiera pronunciar palabra por lo que había hecho.

-No estaría mal -respondió ante la burla del mayor. Aunque claro, en algún punto el mostrarse asi le afectaba su orgullo.

Se sorprendió al verse alzado y no fue necesario que dijese nada, su mirada lo decía todo pero ante la advertencia de Soul ssintió levemente y se aferró a su cuello para susurrar a penas un sutil "Gracias" que quizo hacer parecer desinteresado, mas no lo fue. Después de todo sabía reconocer sus debilidades.

Abrí la puerta de una patada, al no tener mis manos libres, y lo llevé por los pasillos hasta el cuarto de duchas. Procuré no pronunciar ni una palabra durante el recorrido, simplemente porque no había mucho que decir, además de que las miradas de los pets se clavaban en nosotros un tanto inseguras... ¿miedo, talvez?
Sabía que no se atreverían a decir ni preguntar nada. Nos miraban en silencio, sin susurrar entre ellos, incluso algunos se metían en sus habitaciones cuando pasabamos cerca.

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