Despertar...[Libre]

Abrí pesadamente los ojos, mi visión aun estaba borrosa, pero pude ver lo que al parecer eran unas rejas – donde…? No…estoy en una jaula lo sé – volví a cerrar los ojos, todavía no me acostumbraba a la luz, mi voz estaba rasposa y mi cuerpo cansado. Luego de que me sacaran de la oficina de mi “exlíder” me inyectaron algo en el cuello que…era un somnífero bastante fuerte al parecer.

Me incorporé como pude y con dificultad mire a mi alrededor masajeando mis sienes, mi cabeza dolía bastante también, el comienzo de una migraña supongo, pero de cualquier forma, estaba seguro de que me abrían quitado todo lo que llevaba conmigo en ese momento, por lo que no debía tener ningún analgésico encima. Lleve instintivamente los dedos hacia mi pecho, recorriéndolo hasta llegar a mi cuello para comprobar que efectivamente no estaba. Mi dije no estaba. Masajee la zona un poco también, mi piel alrededor de ese maldito collar estaba algo quemada y ardía, y aunque eso me haga sentir bastante incomodo o incluso nervioso, no era nada que no pudiese soportar.

Me acerque a las rejas y pase mi mano por el frío metal hasta llegar a una cerradura. Me sentía estúpido, no entendía cómo es que pude dejar que me atrapen tan fácilmente, y en verdad, ya no me interesaba cual demonios iba a ser mi trabajo, viéndome en esa jaula de seguro iba a ser alguna clase de prostituto o mucho menos, pero notando que estaba en soledad, tenía que aprovechar para salir de ahí, antes de que a alguien se le ocurra volver a accionar mi collar. Comencé a intentar abrir la jaula, analizando la cerradura, cuando para mi desgracia escuche pasos, ya muy cercanos como para volver a mi posición inicial. Simplemente me quede inmóvil y miré hacia el frente para ver de quien se trataba.

“dudo que logres escapar” Sí…dudo que sea imposible, pero sin duda, escapar de ese lugar iba a ser bastante más difícil de lo que yo creía…

Como era su costumbre, cada vez que tenía noticias sobre algún pet nuevo integrado a la tienda se disponía a ir en una "exploración" por aquellos lugares porque simplemente se sentía atraído por la curiosidad, por el encanto del terror en aquellos primerisos que desorientados o a veces desesperados intentaban comprender su situación. Casi siempre el patrón se repetía. Traiciones, ventas ilegales, etc.

Su mirada se desvió hacia aquella jaula de donde venía movimiento, uno de ellos había despertado. Miró al joven de cabellos negros, largos, un hermoso pelo que le incitó a prestarle más atención.

-Dudo que logres escapar - susurró al ver como el otro intentaba (de forma absolutamente inutil) dar con la cerradura. A veces aquello era asi, a veces había llanto, gritos, incomprensión, incluso violencia pero simplemente era algo que no se podía evitar. Despues de todo eran vendidos y tratados como meros animales.

Caminó con lentitud hasta llegar aun lado del chico, desde el otro lado de la jaula. Se inclinó a su altura y le miró fijamente a los ojos. -Eres como un gato negro. -sonrió malicioso alzando la mano hasta tocar el rostro ajeno.- ¿Como te encuentras? ¿Tienes sed? -sí, andaba más amable ultimamente, la verdad no quería que se le malinterpretara si la idea era convivir con todos ahí. A demas ultimamente Bryan le había tratado bien, ¿Porque entonces no iba a considerar ser un buen chico?, dejando su faceta arrogante de lado (al menos un rato) y ayudando a su amo a hacer de Pair Soul algo de mucho mejor nivel.

Observe como aquel chico de cabello violáceo se me acercaba. Sin poder contener mi sonrisa al escuchar aquellas palabras que escaparon de sus labios, solo pude atinar a ocultar mi mirada; hasta sentir su mano tomando mi rostro ¿Quién creía que era?
Se notaba que ya no estaba en mis dominios, donde nadie se hubiese arriesgado a tocarme sin el adecuado permiso.

Tome uno de sus dedos suavemente entre mis dientes – Ten cuidado con lo que haces, hasta los gatos de vez en vez podemos morder cual perro rabioso – dije mirándolo a los ojos con una sonrisa desafiante. – Sed, no tengo, aunque gracias por preguntar. De cualquier forma, te estaría más agradecido si me ayudases a sacarme este collar del cuello – Sin dejar de sonreír, acaricié mi collar.

Pero siendo sincero, lo que menos me interesaba en este momento era ese estúpido collar, averiguaría en donde me encontraba exactamente y vería la forma de salir de ahí lo más pronto posible. Es así que me digné a preguntar – Y dime… ¿Qué se supone que es esto? – Miré alrededor – Estar en esta jaula no es muy alentador que digamos…

Me senté a un costado, observándolo, analizándolo. Si esto era alguna clase de prostíbulo como creía, aquel chico a pesar de sus vendajes poseía una figura lo bastante “apetecible” como para no ser aprovechado...pero no. Esa forma altiva con la que tomo mi rostro, con la que hablaba, no parecía la de un simple “empleado”… ¿Quién era entonces? ¿Me importaba realmente? No lo sabía…

Alzó la mirada hacia el chico un tanto sorprendido por su forma de hablar y actuar. Se veía mucho más delicado de lo que segun veia realmente era. Al parecer no había porque tomarse la molestia de ser amable y preocuparse por su estado. Bastaba con que estuviera despierto y vivo.

- ¿Y? ¿Qué es una mordedura o dos? ¿Qué es un poco de dolor? -sonrió malicioso al decir esto moviendo su dedo en su boca para rozar su lengua y luego lo retiró, bajando hasta su cuello. Con el mismo dedo alzó su rostro para ver con mas detalle el "adorno" en su cuello.

-Ya veo -analizó el collar desde su posición y le miró con compasión fingida- Lo siento crío -susurró más bajo sin cambiar su mirada que sabía que no le caería bien al pelinegro. ¿Después de todo no era esa la idea? Si le agradaba o lo odiaba, si le entendía o no, cosas como esa no importaban ahí. Podía disfrutar de las dos cosas por igual.- No tengo el permiso de "dios" para quitarte eso, a demás... Se te ve bien. -sonrió altanero antes de ponerse de pie y acomodar una de las vendas de su antebrazo.

-¿Qué es esto? Es tu "nuevo hogar" al menos hasta que algun idiota se obsesione contigo y te quiera llevar. No creo que te sea demaciado dificil con esa carita de angel caído que tienes a menos que seas pésimo en la cama, claro está. Después de todo aquí suelen llegar varios pedofilos, tu porte quizas te juegue en contra. -se dio a entender en que clase de lugar estaban sin decirlo directamente. Sabía que el pelinegro comprendería a la perfección.

-Bienvenido a Pair Soul~ -le hizo una reverencia desde el otro lado de la jaula.- Espero que tu estadía sea grata y tu desempeño... decente.

No pude evitar sonreír nuevamente ante todo lo dicho. Con una sonrisa que fácilmente podía ser confundida con la que alguien pone cuando le acaban de contar un mal chiste, intentando así no ser grosero pero, no, claro que no. Esa era la sonrisa de un niño que experimenta con un juego que acaban de regalarle, un tanto…aburrida, porque ya sabía que iban a darle ese regalo, y sin embargo, interesada; porque eso no dejaba de ser algo nuevo con lo que jugar…

- Pair Soul, eh? Suena más a una tienda de mascotas que a cualquier otra cosa…jum, bien. Daré lo mejor de mi entonces – pronuncié con suficiencia y calma en mis palabras – pero antes, solo quiero saber hasta cuando permaneceré en esta jaula. Quiero decir, no creo que un cliente que quiera probar la “mercancía” vaya a hacerlo justo aquí, en frente de todos. A menos claro, que sea alguna clase de entretenimiento extra para exhibicionistas…o voyeurs.
De cualquier manera, ya que estás ahí afuera ¿No serias capas de traerme alguna crema analgésica para mi cuello? Está un tanto lastimado y no querría que empeore… - Choqué mis palmas dos veces indicando que se apresure y solté una corta carcajada, realmente no esperaba ningún tipo de atención por parte del chico, pero ya que mis manos estaban lejos de su cuello, me conformaba con burlarme estúpidamente de él aunque sea un poco.

Todo esto comenzaba a parecerme cada vez más interesante… ¿A qué clase de lugar me habían enviado? Más allá de que ya estaba al tanto, no parecía cuadrar con el “estereotipo”. Pero entonces ¿Por qué estaba ahí? A pesar de que no dejaba de estar en una jaula, podrían haberme enviado a algún lugar en donde me humillasen y rebajasen como la peor de las basuras desde el primer momento en el que abriese los ojos…o incluso antes. Quiero decir, era un traidor, y a los traidores se los castigaba no con la instantánea muerte, sino con el peor de los sufrimientos, prolongándolo lo más posible hasta que el propio cuerpo sucumbiese ante tanto dolor…
Y sin embargo estaba ahí, escuchando las palabras de aquel muchacho que me miraba con pena fingida…

Era realmente interesante, y a pesar de que mis objetivos seguían siendo otros, estaba ansioso por ver lo que seguía…

-La verdad es casi eso, no distamos mucho de una tienda de mascotas, claro que debes agregar el "sexuales" para una correcta definición. -se rió por lo estúpido que era aquello, luego se cruzó de brazos y se mantuvo a la misma distancia, unos dos pasos de la jaula.

-¿Hasta cuando? Hasta que nuestro amo así lo desee. Es él quien debe autorizarte. Por supuesto que ningún cliente "cuerdo" querría probarte aquí, eso es obvio pero antes de que te preocupes por eso debes conseguir llamar la atención de algún cliente para que esté dispuesto a pagar por ti. -Todo iba bien hasta que escuchó la estúpida forma de pedir las cosas del otro. ¿Se burlaba? ¿No tenía nada mejor que ofrecer? Suspiró pesadamente, un tanto decepcionado, quizás lo había juzgado demasiado pronto.

-¿Qué crees que haces? ¿Tanto así te ha disgustado mi trato? ¿Tanto orgullo tienes? -ladeó la cabeza, acentuando su pregunta- Si tienes ese collar es por algo, si realmente estas tan desesperado puedo ayudar a arrancarte la cabeza, en ello no tengo problemas. No seas tan llorón y soporta el dolor. Una vez Soul te considere parte de este lugar se encargará de ti y podrás curarte. -fijó su mirada en su cuello y al mismo tiempo se relamió los labios deseando tener el control de ese aparato. ¿Lo tendría su amo? Sería interesante probar.- Ahora si realmente no lo soportas puedo hacerte el favor de llamarlo, después de todo detesto a los llorones.

- Oh no, tu trato no me desagrada demasiado realmente, más bien me parece divertido, quiero decir, es bastante diferente a lo que estoy acostumbrado. – lo miré de forma serena para luego cambiar mi expresión a una que denotaba un tanto desprecio - y te equivocas, no es orgullo lo que ves, sino que simplemente espero quede en claro que por más que los demás residentes de este lugar sean una manga de apocados, yo no soy esa clase de persona…Y esa es justamente una de las razones por las cuales llevo este collar – Dije rosando el mismo – lamento si di una impresión distinta en algún momento, pero si hay algo que no recomiendo sin dudas, es que me juzguen de antemano…o incluso conociéndome desde hace mucho. Me he mostrado de formas muy dispares en distintas situaciones según mi conveniencia, pero hacer eso aquí no es algo que me importe demasiado. No dejare ponerme una correa tan fácilmente.
Al paso de mis años eh conocido “cosas” como ustedes. Tan sumisos, serviciales. Patéticos ¿No tienen alma acaso? Se permiten, gozan estar bajo el absoluto mando de un “dios” sin meritos previos para imponerse como tal, y no les interesa saber si los tiene o no tampoco, solo le sirven con total entrega. Objetos… No es algo que comprenda ni mucho menos respete.
Hasta que alguien demuestre merecer serlo, cada uno es su propio dios hasta el día de su muerte. Pero como veras, no me fue muy bien que digamos teniendo esa clase de pensamientos…jum. Sin embargo, sigo creyendo son los correctos. – Reí con calma -

Pero qué hacia hablando de objetos, sumisión…cuando yo no hace tanto era lo mismo? Ellos son juguetes y yo era un arma…de distinto tipo quizás pero lo mismo a fin de cuentas…”cosas”. Entonces…si yo pude ver más allá de mi ciega esclavitud…por qué ellos no podrían? Me quedé en silencio un momento y trague en seco – Bueno…quizás puede que en algún momento abran los ojos…quién sabe…

Me acerqué a las rejas tomándolas con suavidad y apoyando mi cabeza en ellas – No hace falta que lo llames, pero ya que hablas de él, sería interesante verlo. Claro que nada tiene que ver con este collar - Y ya para ese momento estaba cansado de nombrarlo -, lo único que me preocupaba era que mis heridas empeoren, pero no creas que siento algún tipo de dolor por ellas, y aunque lo sintiese, no me quejaría…después de todo, cualquier cosa se convierte en un placer si uno la hace o siente con mucha frecuencia. – Lo mire con una sonrisa algo sádica – y creo que pareces saber de lo que hablo… – reí un poco mas y suspire – ahhh…me hiciste hablar demasiado, que molesto… ¬– tapé mi boca y volví a mi lugar – En fin, supongo que lo único que puedo hacer hasta nuevo aviso es descansar…si me disculpas…

Me recosté en el piso de la jaula, no era nada cómodo en verdad, pero era lo que había. Realmente me gustaría saber qué clase de persona es aquel “dios” que maneja todo esto, pero hasta que no me dejasen salir de esta pequeña prisión imagino que no tendré ningún tipo de acceso a él…lo que más me convenía era no armar mucho mas alboroto hasta entonces…supongo que debería (muy a mi pesar) quedarme tranquilo un tiempo y no molestar mas a aquel chico de cabellos violáceos…

No podía negar que aquel parlamento, o más bien monologo del joven le había dejado bastante sorprendido. Lo suficiente como para escucharle en silencio. ¿Realmente no parecía que aquello era tan solo orgullo y dignidad? Su forma de hablar de lo que “eran ellos” dejaba en evidencia parte del aprecio y gran valor que tenía de sí mismo. Por supuesto Eiji no consideraba eso malo, aun siendo un pet él siempre solía decir y hacer las cosas como mejor le parecía. Por eso daba la impresión de ser altanero, por eso Bryan de vez en cuando se enojaba, por eso algunos de sus compañeros le detestaban. Pero a él poco le importaba. ¿Sumiso? En verdad no era algo con lo que se pudiese definir al pelimorado.

-Comprendo lo que dices, sin embargo… -se tomó el mentón de forma pensativa, con una sonrisa de superioridad en los labios- ¿Acaso no eres tú el que está juzgando de antemano? –Dejó las palabras escurrir de sus labios, era divertido ver como las personas por lo general, al ponerse a la defensiva, caían en contradicciones mínimas, pero notorias.

-La correa ya la traes puesta crío. –Le recalcó, después de todo por algo había llegado ahí, por algo estaba con un collar al cuello, por algo Soul lo había adquirido.
-Por supuesto, tengo alma. Aunque… diría que está algo podrida. Quizás tampoco logres comprender eso. Vaya, no pensé que tomarías mis palabras tan a pecho. Llamar a mi amo “dios” no es sino otra forma de burlarme de él. Si estoy aquí y me mantengo a su lado es por algo que obviamente, no tienes porqué saber. –La conversación se volvía atractiva para Eiji quien no acostumbraba a dialogar demasiado. El chico pelinegro tenía un sarcasmo natural que encantaba al tuerto por lo que decidió acercarse nuevamente, sabiendo que se exponía al otro. ¿Y? Eso lo hacía divertido.

- Que alguien sea dios me resulta cómico, incluso si te crees tu propio dios… No creo en esos principios. Soy, quizás, demasiado simple como para creer en tales cosas. Un dios, un destino, valores, creencias, futuro, orgullo, libertad… No, son cosas con las que no me familiarizo. No es necesario cuando has probado y visto tanto sin eso. Pero eso no es más que mi punto de vista, tú tienes el tuyo y es bastante contrario, pero mira que es irónica la vida, el resultado sigue siendo el mismo. Ambos estamos aquí. La diferencia es que tú sigues enjaulado. –Tocó las barras de metal que mantenían al otro atrapado. Rozando la cabeza ajena, alcanzando a sentir el tacto de su sedoso cabello.

- Soul aparecerá cuando deba. –Rió sonoramente ante la última acotación- Vaya, me has vuelto a sorprender. Casi sonaste como yo. –decía igual de cerca de la reja que el otro.

- Me gustas. –sentenció luego de su gesto sonando hasta un poco narcisista. Pero apenas le había sacado una sonrisa lo vio alejarse y terminó por apoyarse de lleno en el metal, con los dos brazos cruzados por sobre su cabeza.

- Es una pena que desertes tan rápido. Eventualmente podría haberte sacado de ahí si tuvieras un poco más de astucia, pensé que al menos te esforzarías para convencerme. –Susurró un tanto meloso desde su posició.

- Pero si quieres descansar hasta que él venga… Significa que mi diversión acabó. ¿Verdad? –Su respuesta decidiría su siguiente acción, de todos modos estaba dramatizando ya que cualquiera de los dos casos significaría (de forma distinta) diversión para él.

Bueno, era gracioso como al parecer él se daba por aludido a muchas de las cosas que yo había dicho…cuando solo estaba hablando de los moradores de este lugar en general. Pero que mas daba, dejaría que responda lo que quisiese, después de todo era interesante oírlo hablar…
“Me gustas” Jum…incluso sin pensar en tejerlas las personas caían en mis redes ¿Qué se suponía que fuera, una araña sonámbula o algo así? Que asco…

Suspire estirando mis brazos – Ahhh ~….Astucia…. – Solté volviéndome a incorporar, estirándome con un bostezo (después de todo sí estaba algo cansado) – Eso quiere decir que si yo hubiese podido convencerte, me abrías sacado sin el permiso de tu Amo? Valla…al parecer eres bastante fácil de corromper – sonreí con deje de sarcasmo mirando hacia un costado – o no…ya lo estas… - Volví a acercarme al enrejado – Pero no te preocupes, si voy a salir de esta jaula de una manera que no sea la “formal”, no necesito la ayuda de nadie más que mis manos…

- Es divertido como toooodos los que adquieren alguna cerradura para lo que sea, se jactan de que esta es imposible de abrir si no es con su respectiva llave o código…pero no. Todas, no importa el tipo tienen su punto de quiebre… –Dije tronando mis dedos – Además…– Saqué mi mano por fuera de la jaula y la deslicé por la cerradura hasta llegar a una parte cerca del centro. Una vez ahí, ejercí una gran presión en la cerradura a través del metal que la recubría con mis dedos anular y medio – Cuando llevas bastantes años practicándolo, escapar de cualquier tipo de prisión es bastante sencillo…a menos claro que estés en una caja fuerte…esas cosas son más jodidas…– Sonreí sin darle importancia a mis palabras, y mientras seguía haciendo presión con mi mano izquierda, di un golpe seco a la cerradura con la palma de la derecha.

Cerré mis ojos y sonreí satisfecho luego de escuchar ese sutil “crack”, luego volví a abrirlos y con mi mano agité un poco la puerta de la jaula viendo como esta se abría sin ningún problema como yo esperaba – mmm…– mordí mis labios y deslicé pausadamente una de mis piernas por fuera de la jaula, para terminar de salir de ella por completo.
Me paré frente al joven aparentemente tuerto, no era mucho más alto que yo, de hecho, elevando un poco mis pies podía alcanzarlo sin problemas y eso sin dudas haría las cosas más fáciles de ser necesario… Su cara me causaba gracia, ¿Acaso no creía que podía salir de ahí yo solo? Jum, que va en fin…

Me acerque más a él y agaché mi cabeza tan solo un poco para mirar su rostro desde abajo. – Bueno…parece que nuestra situación está un poco mas pareja no lo crees? Ambos estamos aquí, tú estás afuera...y ahora yo también lo estoy…– ladee mi cabeza en una sonrisa que estaba entre lo burlona, sarcástica y malintencionada, mientras que con mi dedo meñique tomaba suavemente una de las vendas de su cuello – ven, no te gustaría mostrarme un poco el lugar? No sería lindo que alguien más me vea aquí parado ~ …y si eso puede contribuir un poco a tu, diversión…mejor para ambos…

- Oh, no estoy seguro si eso deberia tomarlo como una ofenza o un halago. - Comentó respecto a lo de ser fácil de corromper o estarlo. Nunca había pensado en eso pero sí se consideraba un ser poco sano, poco puro, ¿desde cuando que lo era? Quizás desde el laboratorio... o una vez salió de él... Quién sabe.

Miraba al chico ejercer presión en el candado y recordó que él también había entrado de una forma "inusual" a Pair Soul, aunque claro, eso no venía al caso mencionar.
Se mostró sorprendido cuando escuchó el candado ceder, pero no porque pensara que el otro no iba a lograrlo, sino porque en verdad, le había tomado muy poco tiempo.

- Esto me hace reflexionar algo. ¿Como se supone que lograron atraparte? No pareces ser un tio fácil. -Dijo una vez le tuvo al frente, a decir verdad era un chico bastante agradable a la vista, con rasgos apetecibles y un buen cuerpo. Sin dudas tendría clientes.

Cualquiera diría que su actitud era, en parte, seductora. Por supuesto se debía sumar toda la burla y sarcasmo ocupados por el pelinegro, mas no le molestaba en absoluto ese tipo de actitud desafiante. Se preguntaba como rayos le haría Soul para domesticar al angelito caído, se preguntaba que actitud tomaría el crio una vez le tocara enfrentar a su amo. Seguramente sería una muy similar o quizás una peor. La sumisión no estaba dentro de los rangos esperados.

-Sí, las situación es pareja, mas no las condiciones. Ahora eres un sublevado, quizás te toque estar en algo peor a una jaula producto de esto, pero bueno~ Aqui las cosas nunca son 100% seguras. -alzó una mano y volvió a acariciar el cabello del chico, ahora con toda la libertad del mundo. Era exquisito, era hermoso, suave y largo. Imposible no querer darle un tirón. Así lo hizo, le sujetó del cabello con fuerza para atraerlo a él.

-Mh~ Creo que lo que tienes en orgullo te hace falta en modales. -dijo lamiendole la comisura de los labios- ¿No deberías pedirlo "por favor"? -sonrió un poco motivado por todo esto- Si quieres que te saque a pasear, deberias mover el rabo. Por supuesto, suena interesante. Seguramente Soul se fastidiaría un poco, y me agrada hacerle enojar. Sin embargo no me gusta que no entiendas aún la posición en la que estás. -Comenzó a caminar pero sin soltar el fuerte agarre en el cabello ajeno. Primero deberían cruzar toda la prisión.

- Quién sabe ~ aunque realmente no importa el cómo ya que de cualquier forma, aquí me vez… – Pero no. Si lograron atraparme fue pura y exclusivamente por mi propia estupidez, demasiada confianza en algo que debía tomarse con pinzas…pero ya que se trataba de un extraño, podía darme el lujo de omitir ciertos detalles…

- Ahh ~ un sublevado…y realmente crees que podrían meterme en un lugar peor que este? Bueno…supongo que podrían, siempre y cuando lo logren – terminé con una corta risa.

Relamí el lugar por donde pasó su lengua y luego le escupí en la cara – siii tienes razón, me faltan y tampoco me interesa tenerlos, algunas veces han intentado enseñármelos pero realmente no son algo que valla conmigo, y mi posición, entiendo cual se “supone” que debería ser, pero no…mi posición siempre será la que yo decida que sea hasta que se me dé la gana, sin importar el contexto o cual sea mi situación…- sentí como comenzó a jalarme nuevamente mientras caminaba a quien sabe dónde, claramente no le había agradado mi contestación…o mi saliva…o ambos…

En fin, sinceramente no me agradaba en lo absoluto que me tomaran así del cabello, mucho menos que me arrastraran de esa forma. Ya me dolía bastante la cabeza como para que lo empeorasen. Con una mano lo tomé de la cintura presionando su riñón, con la suficiente fuerza como para hacer que me suelte y su cuerpo se doble; lo puse de espaldas y lo sujete de los brazos mientras que con mi mano libre lo tomé firmemente del cuello para luego, casi como un suspiro, susurrarle al oído - …escucha…ciertamente fue una mera casualidad que hayan logrado meterme en este lugar…pero es vital que comprendas que no soy precisamente la persona con la que podrías estar más “seguro y a salvo” – luego de eso mordí su oreja de una forma bastante brusca debo admitir, pero con la suficiente liviandad como para no arrancársela…después de todo, no quería iniciar una carnicería a tan poco tiempo de haber llegado al lugar, sobre todo porque ahora era un “civil común y corriente” – Sí, yo soy un sublevado, por tanto, tú podrías ser perfectamente mi rehén ~

Acaricié su cabeza de forma pausada. Luego lo sujete del mentón, esta vez me tocaba a mi pasar mi lengua por su rostro, claro que tomando una distancia precavida de su boca, no iba a arriesgarme a que me mordiese.
- Vamos, sé un buen niño y llévame a otro lugar. De una forma más tranquila si posible...

Aburrido...
Había llegado la hora en la que nadie entraba, nadie se iba, no había trabajo, no había nada en la tele, ni siquiera tenía ganas de "acostarme" con algún pet. Estaba recostado de mala gana en mi sillón haciendo rayas sin sentido sobre un documento de venta. Cuando me cansaba lo rompía y volvía a tomar otro. Era monótono... y caro, ya que volvía inservibles aquellos documentos sin rellenar, pero era un hábito para quemar el tiempo bastante soportable.
Hasta que por fin, algo digno de mi presencia llamó mi atención. La luz de la alarma de la jaula de pets comenzó a titilar intermitentemente, dándome a entender que las puertas habían sido forzadas.
- Ya era hora - expresé casi feliz por el hecho. Golpear me entretenía más que la estupidez de los papeles, era más dinámico y entretenido, sumando que si eran pets los golpeados se sentía mejor.
Tomé la 9mm por rutina, siempre la llevaba antes de salir a cualquier lado, aunque no fuera a matar a nadie ni entrenar... por el momento.
Abrí la puerta calmado, caminando tranquilamente por los pasillos hasta la prisión de primerizos.
Fue entonces cuando divisé al famoso recién llegado, a quien sería un pequeño desafío educar... Pero para todo hay una solución muy sencilla... la violencia.
- Kazuki Fuji - lo nombre captando así su atención - debería darte las gracias... - comenté acercándome más al pet, metiendo ambas manos en los bolsillos de mi chaqueta, estando a tan solo dos o tres metros del pet - por un momento pensé que moriría de aburrimiento.
Saqué, como si de un celular se tratase, con la misma "despreocupación", un control remoto y presioné el primer botón. El collar eléctrico de Kazuki se activó, comenzando a torturarlo con un leve pero doloroso choque eléctrico. Una corriente continua, ya que yo mantenía presionado el botón que lo activaba.
- ¿Quién te dio permiso para liberar a los nuevos? - le pregunté a Eiji quien ya estaba libre del agarre del recién llegado - No creo haberlo autorizado... Es bastante, rebelde todavía, necesita una buena lección de obediencia.
Su sufrimiento me molestaba tanto, que subí la potencia eléctrica para ahogar sus gemidos.
- ¿Que tal una lección hoy? No quiero dejarlo con los otros pets, tal vez dañe mis adquisiciones... las que si valen-
Miré a Eiji con más seriedad. Una cosa era castigar a un pet por puro placer y otra muy diferente era atentar contra mi dinero. Y yo había visto a Kazuki tratar de forma amenazante a un pet que valía casi cinco veces más que él.
Por un momento, olvidé que mantenía el dedo sobre el botón que activava el collar, por lo que al ver el estado de Kazuki lo solté inmediatamente. Hasta yo mismo atentaba contra mi dinero.
- Tampoco quiero perderlo, asi que procura no matarlo... - sentencié entregándole el dispositivo a Eiji, mi pet experto.

El pelimorado se sorprendió por la repentina llegada de su amo, pero con rapidez lo comprendió. Por supuesto, las jaulas tenían alarmas. Después de todo su amo no era tan idiota como para permitir la fuga de sus pets de una forma tan burda y simple.

-Vaya, has sido mi salvador, amo~- Dijo una vez logró librarle del agarre del chico con ese entretenido artefacto eléctrico. Ver ahora al desafiante angel contorsionandose por la electricidad era bastante grato para su vista.

- Hey! –reclamó a penas Soul comenzó a reprocharle. – Yo no le he permitido salir, solo se las ingenió para forzar el candado. Intenté detenerlo, bueno, casi, pero ya ves, es un chico que no sabe perder. –se encogió de hombros, haciéndose un poco la víctima del asunto- Nada que un pet maltratado pueda hacer contra eso~ -se excusó a pesar de que tampoco estaba dentro de sus intenciones haber ayudado o desfavorecido a aquel pet nuevo. Como antes había dicho, no le importaba otra cosa sino la diversión que pudiera satisfacerle.

-Hey.. esa cosa parece ser efectiva y bastante mona… -señaló con curiosidad el aparatito que Soul no dejaba de presionar y que, por consecuencia, tenía un efecto negativo en el chico que portaba el collar.

Escuchó las palabras de su amo y de a poco una sonrisa se le fue formando en los labios. Así que ahora le estaba dando un par de “permisos especiales”. Por supuesto si era una orden de su amo (que a demás le entraba en gracia) entonces no podía negarse a domesticar a aquella bestia pelinegra.

-Claro, claro, no hay problema. –Le aseguró mientras recobraba la compostura.- De verdad que el chico no tiene modales. –lo miró desde arriba- Es una lástima… Pero me causa curiosidad ver un angel teñido de rojo~ -soltó de pronto emocionándose casi de una forma infantil ante la ultima frase.

“Procura no matarlo” No, no lo haría, pero sí disfrutaría aquello. Después de todo podía hacer mucho más que escupirle o responderle con ironía. Mucho, mucho más. Una vez el control pasó a sus manos su sonrisa se volvió más enfermiza.

-Mira como son las cosas… siempre cambian, ¿no?- con una presión certera de su dedo volvió a aplicar una descarga.- Vaya… esto me gusta. –admitió mientras soltaba el botón- Podrías conseguir mas de estos Amo, aunque eso si... no solo para el cuello~ -sugirió con cierto morbo.

Era entretenido tener ese control sobre el joven, me preguntaba qué haría...sin embargo me vi interrumpido por una voz que me nombraba - Agradecele a la alarma dulzura, pues vienen a salvarte – le susurre divertido y dirigí una mirada seria al potador de aquella voz – mm...Soul, seguramente... – lo escuche decir cosas de un aparente “sin sentido” hasta que lo vi sacar ese control remoto del bolsillo. Inconscientemente mi cara cambio a una un tanto sorprendida y disgustada...esa maldita cosa, como pude olvidarla? - sí, mierda, por eso era que quería salir de esta habitación... –cerré los ojos con fuerza esperando lo que venía. Había pasado bastante tiempo de la ultima, por lo que una vez más, mi cuerpo cedió ni bien esa fuerte corriente comenzó a recorrerlo.

La corriente esta vez era continua, no paraba, a disgusto me sacaba unos cuantos gemidos de dolor haciendo que mi cuerpo se retuerza como buscando alguna forma de calmarse. Agradecí internamente cuando sentí que la intensidad aumentó, era más doloroso pero por lo menos no me permitía estar quejándome de esa forma tan patética. Hablaban. Acaso el maldito idiota nunca soltaría el interruptor?
Era insoportable, ya incluso se me hacía imposible el acto de respirar, me asfixiaba. No sé en qué momento mi mente se puso en blanco, no sabía en dónde estaba, quién era, ni sentía nada...cuando de repente paró. Abrí los ojos, mi respiración era jadeante y cansada; tenia nauseas, y es que por más que este tipo de aparatos casi no dejaran lastimaduras visibles, provocaban un enorme daño en el organismo. Sentía como el interior de mi cuerpo ardía, era como si me quemase por dentro, como si me quemara...me quemaba...
Un escalofrío recorrió mi espalda y lentamente me senté contra la pared, intentando ignorar eso ultimo.

Los mire a ambos detenidamente, seguramente el otro sujeto llevaría algún tipo de arma consigo, por si las cosas llegasen a salirse de control...no era tan orgulloso como para no entender que en ese momento tenia las de perder, mas viendo que ahora el control remoto estaba en manos del joven parchado. Simplemente me dejaría llevar y actuaria conforme se fuera dando la situación...
“...me causa curiosidad ver un ángel teñido de rojo~” - Sehh – reí – quizás lo hagas, después de todo, muchas veces me he bañado en ese color...

Lo mire fijamente luego de oírlo decir esa última frase hasta sentir una nueva descarga, esta vez pude mantener la compostura, ayudado por la pared y sobre todo porque esta había sido bastante corta. De cualquier forma era bueno...ya me estaba acostumbrando. Mientras que no me mataran no abría problema, cuanto mas lo usasen mejor, pronto ese collar se volvería inútil - Por favor, usen esto cuanto quieran, pero les advierto que poco más de seis descargas en tan poco tiempo terminaran de cocinar mis entrañas...aunque claro, la antropofagia no está tan mal vista en varios países, por lo que estando muerto también podría ser de utilidad...

- Pero que mas da... – volví a clavar mi mirada en la suya – Realmente, si piensas enseñarme modales, solo te pido un favor...intenta sorprenderme... – termine con una sonrisa que reflejaba un tanto sadismo.

Observé indiferente como Eiji le proporcionaba un nuevo choque eléctrico a su nuevo alumno, pero esta vez, Kazuki no gemía con la misma energía de antes.
Con que a esto se referían en su ficha... No sólo se acostumbraba de a poco al dolor ocasionado por el collar, sino que además contestaba de forma amenazante contra su profesor. No quería ni imaginarme verlo contestar así frente a un cliente. Definitivamente dejaría una gran mancha en el nombre de la empresa.
No pude soportar la tentación de patear al nuevo en el rostro, consiguiendo tirarlo al piso nuevamente. Fue como un "cállate" en idioma Soul.
Su actitud era irritante, lo suficiente para decir que era peor que Eiji, y yo que pensaba que era imposible superar ese accionar pedante.
- Necesita varios ajustes - terminé por comentarle al profesor de obediencia, sin prestarle demasiada atención al azabache - En su historial lo remarcaban como peligroso, inestable... se acostumbra al dolor fácilmente. Así que te sugiero que uses tu imaginación con los métodos de castigo.-
Finalmente, miré a Kazuki con el típico desprecio que cuando se observa un billete falso. No valía nada hasta no perfeccionarlo para que se vea más real. Seguiría sin valer nada, pero podría cambiarlo por algo mejor.
- Como está ahora es invendible... Lo acepté sólo porque, prácticamente, me lo regalaron y con una buena pulida podré ganar el cuádruple de lo que me costó. Después de todo, no es deforme ni feo.
Me acerqué y lo tomé del cabello para verlo más de cerca.
- De hecho es bastante lindo... - comenté.
Me quedé observándolo durante unos pocos minutos. Cada una de sus facciones era perfecta, pero sus ojos aún se veían desafiantes... Eso era repulsivo.
Lo solté violentamente, tirándolo hacia uno de los costados contra la pared. La apariencia no era el problema de este pet, sino su personalidad altanera. Había que borrarla y someterlo. Ni siquiera podría usarlo como pet sádico, ya que no parecía disfrutar del dolor, sino acostumbrarse y soportarlo. Sin quitar la posibilidad de que podría asesinar a algún cliente y terminar por meterme en un lío. Ya tenía suficiente con mis enemigos actuales. No necesitaba más.
- Hay que volverlo sumiso... que acate ordenes, que aprenda a callarse y que no se atreva a escupir... - miré a Eiji al decirlo - dañar o amenazar a ningún cliente. ¿Entendido?

Miró la patada como si fuera algo completamente ajeno a él, de hecho así era. Ni siquiera sentía empatía por aquel que era ahora su nuevo alumno y compañero. Al parecer alguien le había arrebatado el título a kadaj de “El mas detestable” en la escala de Eiji. Podía comprender una rebeldía usual, por diversión, por provocación, pero jamás por orgullo. Le era repulsivo.

“Supongo que te das cuenta ahora que en todo hay algo peor” Sonrió con burla hacia Soul, quizás ahora valorara un poco más su comportamiento, jamás llegaba a ser tan irritante, insisto, porque su actitud no tenía otro fin que la diversión. Como un juego de tira y afloja, pero Eiji sabía su lugar y le gustaba, por algo había llegado por sus propios medios a las manos de Soul.

“¿Mi imaginación? Con una mordaza y un par de esposas este crío debería tranquilizarse un poco. Tengo varios juguetes que deberían mantenerle… “ocupado”” Suspiró y es que era la primera vez que un trabajo de estos no le apetecía en absoluto. Pero era su deber como profesor después de todo. Se mantuvo pendiente a las palabras de su Amo, pero no agregó nada más. Entrecerró su ojo libre pensando si acaso se burlaba de él por el uso de la palabra “deforme”. Inconscientemente desvió la mirada y se rascó por sobre el parche de su ojo.

“Nadie ha dicho que es feo, si pudiera ser reseteado como una máquina sería el príncipe de éste lugar” Se encogió de hombros, sabía que un cambio tan radical no podría ocurrir.
Sí, definitivamente tuvo la idea que se estaba burlando de él con eso último. Más la molestia rápidamente desapareció. ¿Qué era un escupo si no una burda forma de defenderse? Una de muy mal gusto por cierto y bastante inofensiva para alguien sin escrupulos.

“Yo veo que no tiene problemas con someterse a ti, en parte claro, pero a mí… uff~ Parece que le hace mierda el orgullo” Se rió tomando al muchacho por el cabello arrastrándolo hasta donde había dejado la botella de agua que gentilmente al comienzo había querido ofrecerle. Con violencia le lanzó al suelo y le puso un pie sobre la cabeza. Sin darle muchas vueltas abrió la botella y roció el agua en la zona de su cuello sin darle directamente a aquel artefacto por supuesto.

“Si se acostumbra tan fácil al dolor entonces me las ingeniaré para darle más dolor.” Sacó el pie de encima dando un paso ligero hacia atrás apretando nuevamente aquel botón, dejándolo pulsado por un buen rato. “Si se acostumbra a eso aún puedo meterlo bajo una regadera, el agua es un excelente conductor de electricidad y estoy seguro que el aparatito ese tiene resistencia al agua. ¿Debería probar?” Se rió de forma despreocupada, no tenía ganas de calentarse la cabeza con sujetos como ese.

“Deberías ayudarme con él” Murmuró volviéndose hacia soul tras soltar el interruptor. “Claro, solo si te interesa~ “ Se revolvió un poco el cabello antes de pararse frente a su amo. “¿No te interesa adiestrar? Después de todo debe reconocerte a ti como su dueño antes que a cualquier cliente.”

Sin poder escuchar una respuesta del pelimorado recibí una patada en el rostro por parte del otro, lo que me arranco unas cuantas carcajadas...lo estaba irritando, y eso era divertido. Al escuchar lo del historial mi risa fue deteniéndose poco a poco. Al parecer cierta persona estuvo pasando información demás, y aunque no sería un real problema, de seguro las cosas se harían más largas ahora...y eso era molesto...

- Aww, que halagador ~ - sonreí con fingida ternura cuando soltó ese comentario sobre mi aspecto.

Era esperable que me soltara de esa forma tan violenta, tirándome al suelo. No pensaba acotar nada más hasta que vino a mi mente aquel modo con el que se refirió hacia mi persona, como si fuese una cosa a la que se le pudiese poner precio (aunque seguramente ya lo tenía), pero no me molestó en lo absoluto, ciertamente no esperaba más de un tipo como él; y es que si había algo que me causaba mas asco que aquellos seres que dejaban que los tratasen como objetos, eran quienes los vendían y los compraban como tales. Porque nadie vale en una forma que pueda contarse en monedas, sino por sus acciones y principios...Aunque claro, yo en ese sentido verdaderamente no valía casi nada, pero...y él?

- Y yo me pregunto...- voltee a mirarlo sin ninguna expresión en especial – tú realmente vales algo más que los residentes de este lugar...?

- Mhh... – articulé cuando el otro chico nuevamente volvió a arrastrarme del cabello – curioso como puede hablar de orgullo alguien que parece no tenerlo... – terminé de decir cuando me estrelló contra el suelo.
No había que ser un genio para saber que pasaría cuando derramó el agua sobre mí. Cuando saco el pie de mi cabeza aproveché para juntar los brazos bajo mi cuerpo, abrazándome levemente mientras bajaba la cabeza. Aunque sea casi nada sabía que así me sería más fácil soportarlo. Cuando la electricidad comenzó a correr solté únicamente un largo y profundo suspiro; ciertamente dolía mucho más que antes, ya que no solo estaba mojado sino que mi cuerpo ya estaba bastante deteriorado por las descargas anteriores. Los segundos se volvieron eternos mientras esperaba que se detuviera, lo único que podía hacer era concentrarme en respirar y no perder la conciencia nuevamente. Hasta que al fin se detuvo, y sentí otra vez como todo comenzaba a arderme, como ese fuego que había en mi estomago esta vez emergía al exterior desde mi boca en forma de sangre. Limpie mi boca con el dorso de mi camisa, y quedé estático un momento, sin contar el daño físico, lo había soportado bastante bien; sonreí internamente ante eso, ya casi, no faltaba demasiado...
Me acomode en el suelo, acostado como estaba mirando hacia el contrario de ellos, sin prestarle atención a lo que decian, tome uno de los mechones de mi cabello y lo separe con cuidado, estaba empapado y se me pegaba a la cara – Bueno... – dije con total calma – si así se siente estando mojado...cuál será la máxima potencia a la que pueda llegar esta cosa? – me senté apoyándome en mis brazos, mirándolos esta vez.

- Que aburrido... – Suspiré. Todo se estaba volviendo muy tedioso, a esta altura ya estaba físicamente agotado y tenía mucho sueño. No podía ejercer ningún tipo de violencia hacia alguno de los dos ya que seguramente terminaría con un tiro en la frente o en alguna otra parte del cuerpo, tampoco cambiaría mi forma de pensar ni me sometería ante ellos... No me matarían...creo, pero entonces, que harían? me electrocutarían todo el día hasta dejarme en coma o hasta cansarse de apretar el control remoto? Bueno...realmente no estaban muy lejos de lo primero...en verdad moría de sueño y cuando me di cuenta tenía los ojos cerrados, me había quedado dormido?! Los abrí de inmediato esperando algún golpe o una nueva descarga, no podía esperar nada mas verdad?

Me quedé observando los métodos de Eiji... "agua"... No era mala idea, pero dentro de poco terminaríamos friendo al pet o se acostumbraría al dolor que le producía la electricidad. Por más que consideraba cambiar los métodos de tortura cada cierto tiempo un trabajo de tedioso, en realidad me parecía entretenido tener que pensar y aplicar nuevas formas de tortura. Era un pasatiempo que rompería con la aburrida rutina.
Fingí pensar la respuesta detenidamente cuando Eiji me pidió ayuda para domesticar a su nuevo alumno, no quería parecer tan dispuesto a realizar "el trabajo sucio", pero terminé asintiendo con desinterés.
La frase de Kazuki me dio pie para anunciar el comienzo de la clase. Mientras más "aburrido" estuviera el pet, más obligado me vería a torturarlo... Obligado... reí para mis adentros.
- Entonces comencemos... - dije aproximándome al azabache que reposaba abatido en el piso, pero cuando me disponía a arrastrarlo al salón, descubrí que había perdido la conciencia.
-Tsk... te dije que no lo mataras - me quejé dirigiéndome a Eiji mientras ponía una mano sobre el cuello del pet inconsciente para asegurarme que de verdad seguía con vida o si el agotamiento le había ganado. Me relajé sabiendo que había sido lo segundo, pero a la vez me decepcione... En realidad esperaba que la diversión durara más.
Sin dar explicación de mis acciones, levanté al azabache en brazos, no podía dejar que los clientes lo vieran en tremendo estado; la prisión ya no era una opción, tendría que darle una habitación.
- Sigueme... - ordené a mi pet experto dirigiéndome a los cuartos - las habitaciones no tienen alarmas, sólo pueden cerrarse bajo llave, pero viendo y considerando que "el nuevo" puede forzar las cerraduras te dejaré a cargo de su custodia hasta que consiga algo más eficiente. Como recompensa te dejaré quedarte con el collar y su respectivo control cuando sea ineficiente para la educación de Kazuki.

"Esto es tedioso..." Se quejó mientras veía a su amo revisando que tan muerto estaba el pelinegro. A su juicio era más divertido matarlo que torturarlo. Después de todo si tanto se iba a acostumbrar a las torturas ¿serían acaso las clases impartidas lo suficiente? No lo creía, siempre habían casos perdidos. Sin embargo no podía negar una orden de su amo (en verdad, sí, podía, pero aún mantenía cierta curiosidad, no por el chico aquel sino en las razones de su amo para conservar tal juguete de doble filo. No era de extrañar si alguno de los dos, amo o profesor, terminaban siendo atacados gravemente por el muchacho rebelde.

"No lo maté" Aclaró rascándose la cabeza. "Oh, vamos, no puedes dejarme de niñera." Reclamó pateando una de las jaulas, sin querer el mal humor le estaba dominando. "Oh sí, gran recompensa... el collar." fingió estar feliz con ello, al menos en su expresión, pero no así lo hicieron entender sus palabras.

"Lo vigilaré como pediste, pero a cambio no solo quiero el collar. Además me darás el permiso para salir a la ciudad." Dicho esto comenzó a seguir los pasos de su amo. Sí, rumbo a las habitaciones.

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