Negociando [libre]

Pateé la puerta de la habitación número 10, que desde el día que Kadaj no la ocupaba permanecía sin llave. Era un número que no me costaría recordar, y considerando la situación, NO DEBÍA OLVIDARLO. No podía permitirme pasar por alto el número de habitación de un juguete tan poco manejable y peligroso como lo era Kazuki.
- Salir a la ciudad... - repetí escuchando la condición que me ponía Eiji para custodiar al pet rebelde. De cierto modo entendía que quisiera algo más, ya que era su vida la que estaba en juego... y mi dinero, ya que tampoco me podía permitir perder a Eiji, pero no había nadie más capacitado para hacerlo a excepción de mí, que no poseía el tiempo suficiente para hacer de niñera de un pet.
Por otro lado, la condición de Eiji no parecía tan grave. Ya hace tiempo me había demostrado que no tenía las mínimas intenciones de escapar, al contrario, parecía que no iba a poder sacármelo de encima. Pero la idea no me convencía, todavía tenía las de perder.
- ¿Salir a hacer qué? - pregunté intrigado por ser la primera vez que él me pedía algo así.
Dejé a Kazuki sobre la cama mientras esperaba la respuesta del pet experto e inspeccionaba al nuevo.
Debería atarlo mientras se mantuviera quieto...
Comencé a buscar algo con que hacerlo, revisando cajones y estantes, encontrando así un viejo par de esposas que había utilizado una vez para molestar al albino que antes ocupaba la habitación, cuando me aburría en la oficina. Por ahora serían de utilidad y le daría un poco más de seguridad a Eiji.
Esposé cada mano del azabache a un extremo diferente del respaldo de la cama y le estregué las llaves al "custodio".

"Bah, ¿de que mierda sirve que lo esposes? De seguro y sale con una única habilidad para soltarse de ellas" dice dando un suspiro, resignado a que hicieran lo que hicieran al final el crío iba a lograr safarse.

"Bueno... solo quiero salir a dar una vuelta. " Se explicó con simpleza "¿Sabes? no se si lo has notado pero ultimamente tus ventas han bajado bastante y aquí no están llegando los insanos que me arrendarían~ Es aburrido." Admitió con un bostezo mientras se sentaba al lado de la cama. "Al menos cambiar de aire.... eso es todo lo que quiero. Quien sabe si encuentro a algún cliente loco ~"Dice con una suave risa, pero sabiendo que iba a ser muy dificil que ocurriera eso.

Una vez respondió dedicó su atención al pelinegro, desabrochando las ropas que cubrian su torso para delinear la zona con una de sus uñas.

"Tiene una piel realmente exquisita. Es una lástima que actue como un mono desesperado por su orgullo y libertad."

- Mhh.. – me removí en el lugar hasta que de nueva cuenta subió sangre hasta mi boca y tuve que voltear el rostro a escupirla. Sentía algo mullido en donde se apoyaba mi cabeza, una almohada quizás? En cuanto sentí que mis manos no podían moverse abrí lentamente los ojos recordando en donde estaba - ...mierda... – mire hacia arriba – bueno...al menos una cama es mejor que el suelo... – articule en un susurro cansado terminando con una pequeña risa, al parecer había terminado por desmallarme, que vergüenza, en otra clase de situación hubiese sido asesinado...organismo patético...Mire al pelimorado que tocaba mi pecho sin ningún tipo de decoro, sin prestarle ninguna atención a lo que decía – vamos...tan interesante es mi torso...?

- Que asco...si me hubiesen dejado en un cabaret las cosas al menos habrían sido un tanto más divertidas... – aunque claro, si estaba ahí no era para mí diversión por supuesto... - mmm...tengo que dejar de murmurar como un ebrio - me gire lo que mis manos esposadas me dejaron que me gire, hacia el costado. Realmente me había quedado un muy mal humor y lo único que quería hacer era o tomar agua, o vomitar...o los dos...mi “espíritu de lucha” se había apagado, bastante; y no tenia caso seguir resistiendo...por el momento. Hasta que me recupere. -

Abrí el ropero buscando algo más adecuado para mi nueva adquisición; no sólo debía someterlo psicológicamente, debía hacerlo lucir más dócil si lo que vendía era la apariencia.
Sin embargo, la mala suerte me pisaba los talones. El ropero estaba vacío, posiblemente había sido saqueado por otros pets, y la frase de fondo pronunciada por Eiji fulminó mi buen humor...
"Tus ventas han bajado bastante " Lo miré por sobre mi hombro sin escuchar con demasiada atención el resto de su balbuceo y comencé a analizar mi situación.
Estaba en una habitación con un tuerto lunático y un "supuesto asesino" medio muerto... ¿esas eran mi mejores opciones de venta por el momento?
-Si, ve a donde quieras... - respondí a Eiji de forma cortante y con desgana.
Si, eran mis mejores opciones para revivir el local. Una razón más para empezar a mejorar al nuevo.
Me acerqué al azabache inspeccionando su figura y el daño causado por el collar. Por el momento las heridas que lo mantenían en reposo, eran internas, nada que dañe su precio, nada que no sea curable. Su físico y su rostro prometían clientela, pero su personalidad y carácter comenzaban a convertirse en un impedimento cada vez mayor.
- Su cuerpo está bien... - respondí ante el comentario de Eiji - lo que hay que corregir es su carácter y esa manía que tiene de hablar solo... - atrapé la lengua de Kazuki con dos de mis dedos, y tiré de ella con el ánimo de arrancársela. - necesitamos un pet más dócil y callado... no otro Eiji... - concluí mirando con disgusto al pet experto por el rabillo del ojo para luego soltar la lengua del nuevo.
Continué mi inspección tirando un poco del collar del azabache, para así verificar el daño ocasionado. La herida se extendía en una franja de unos pocos centímetros de ancho al rededor de su cuello. Una quemadura que fácilmente se podría ocultar ante el cliente. Pero aquel método de tortura pronto dejaría de ser de utilidad.
- Hay que dejar de utilizar el collar para corregirle... Un choque eléctrico más y se acostumbrará... o morirá... De todas formas, ninguna de las dos es muy buena opción. Tiene que ser algo que no deje heridas externas muy grandes y que su cuerpo no haya probado antes. Una nueva clase dolor.

¿Asi que podía salir? Vaya, eso le había tomado realmente por sorpresa, no podía negarlo, pero estaba a gusto con el permiso consedido por el otro. Sí, esperaba poder traer un par de clientes y es que ahí afuera, en los brazos de la ciudad que lo albergó tanto tiempo en sus sombras, sabía perfectamente cual era el mejor lugar para dar con pervertidos.

"Mh~ No me gustan las comparaciones, tendré una boca grande pero no soy alguien tan enfermizamente orgulloso. ¿O acaso has olvidado que llegué aquí por decisión propia? Amo~"

Se estiró un poco más en la cama mientras no dejaba de observar al muchacho cautivo, era divertido. De cualquier manera lo que decía su amo era cierto, aquel collar no podía ser mas inutil.

"¿Que tal si me lo regalas~?" Se rió pues le encantaba juguetear, tanto como poder ponerselo a alguno de sus alumnos como incluso si aquel collar llegaba a su propio cuello iba a estar bien, sí, ¿porque no iba a estarlo si es justamente la clase de dolor que le gusta dar... y recibir.

"Deberias ser tu quién piense sobre como hacerle obedecer. Por mi parte solo lo drogaría en afrodisciacos, es divertido ver como se retuercen y se corren con un simple roce una vez las drogas hacen efecto." Estaba siendo bastante comodo, no era un idiota y no se iba a desgastar fisicamente azotando a un sujeto que ni siquiera gritaría. Eso era aburrido.

En cambio los gemidos incontenibles... ah, eso no tiene precio cuando salen de labios orgullosos.

A decir verdad, estaba más muerto que vivo, necesitaba dormir ¡NECESITABA DORMIR MIERDA! Tenía que calmar por lo menos el dolor de cabeza. Pero no, una vez me dispuse a quedarme tranquilo, el infeliz tenía que jalarme la lengua. Le habría arrancado los dedos si no hubiese sacado la mano tan rápido, pero claro, eso hubiera devenido en mas golpes y no, una cosa era ser terco y otra muy distinta era ser idiota, y no necesitaba más de momento. Me acomodé un poco mejor volviendo a cerrar los ojos, mientras oía parlotear al pelimorado. Aunque no le escuchaba realmente, su voz ya se había vuelto un balbuceo dentro de mis oídos, ambas voces de hecho. Solo hasta que Soul dijo aquello volví a prestar atención.

“Hay que dejar de utilizar el collar para corregirle... Un choque eléctrico más y se acostumbrará... o morirá... De todas formas, ninguna de las dos es muy buena opción. Tiene que ser algo que no deje heridas externas muy grandes y que su cuerpo no haya probado antes. Una nueva clase dolor.”

Entreabrí un ojo a la par que esbozaba una disimulada sonrisa. En verdad me causaba cierta gracia como ese tipo se empeñaba en torturarme sin dañar mi aspecto...aficionados...con todo lo que yo había tenido que hacerlo, hasta me daban ganas de darles ideas... Aunque tampoco parecían muy entusiasmados...o al menos no el tuerto, y no me sorprendió realmente. Se notaba que ya le había roto lo suficiente los cojones como para quitarle el interés. No es como si me importara ser una piedra filosa en el zapato de hecho, pero si finalmente me largaban a la calle por eso, me estarían ahorrando el trabajo de escapar, y si me soportaban, buscaría la mejor forma de pasar mi estadía para posteriormente largarme, así que daba igual.

Ahora, el que hubiese mencionado el drogarme me había parecido de lo más curioso, no por que saliera de su boca sino por como eso podía cambiar mi condición, y no necesariamente para mal...por lo que a partir de eso me puse a analizar mi situación:

1. Escapar no podía, al menos no en este estado, por lo que en ese sentido estaba a su merced.

2. Si lo pensaba bien, el que optaran por drogarme no podía ser más beneficioso, es decir, ceder voluntariamente no se encontraba ni se encontraría jamás en mis planes, no importaba como lo vieran esos tipos, no haría nada de lo que ellos quisieran solo porque lo quisieran (aunque dicho de esa forma vaga sonaba bastante infantil); pero si estaba bajo los efectos de un afrodisiaco las cosas cambiaban. Las reacciones y sensaciones que tuviera serían por su causa y podía darme la libertad de disfrutar lo que pudiera de la situación, ya que sería estúpido intentar no hacerlo además de demasiado obvio. Además, valga la redundancia, al estar drogado mi moral quedaba intacta.

3. Si en verdad optaban hacer algo como eso, no había nada que pudieran hacerme que fuera a sorprenderme. Tenía la suerte de tener una imaginación lo suficientemente amplia como para abarcar todas las posibilidades.

Así que...básicamente, como estaban las cosas no iban a poder joderme de ninguna forma. Incluso aunque se cansaran y se fueran de la habitación dejándome ahí encerrado una semana, descansaría lo suficiente y escaparía, fin de la historia. Finalmente, con todo el panorama planteado, volví a dejar mis ojos cerrados y me puse a esperar.

Y...si todavía las cosas no resultaban de la forma esperada, ya un pequeño plan provisorio había comenzado a formarse en mi cabeza...

[avísenme el día que el semental se digne a contestar~]

[A saber cuando es eso....]