Interés [Libre]

De una u otra forma tenía que admitirlo. Tenía curiosidad y un alto interés por ver los rostros de sus futuros alumnos. ¿Como no iba a tenerlo? Si después de todo era algo que le incumbía completamente y que también, porque no decirlo, le ayudaba a romper una rutina que hasta ahora no había tenido en aquel lugar. Era por eso que le gustaba tanto. El tener todos los días algo nuevo que hacer, alguien diferente a quien "enseñar" y tener la incertidumbre de que quizás alguna vez algún amo se lo llevaría (cosa que de verdad no creía, o más bien no quería. El es mayor y vine con tantos... "Datos extras" que era un poco complicado conseguir ser del gusto de algún amo. Pero eso no lo atormentaba, era feliz bajo esas paredes, a su modo, a su manera de ver las cosas.

Paseó con una mirada indiferente por el lugar aunque claro que iba observando bien. Sin embargo no pudo evitar fijar su mirada en aquella silueta....

Hace muy poco que había llegado a aquel lugar, su amo anterior lo había vendido recientemente a la tienda.
Se encontraba con los ojos vendados, lo cual no le incomodaba, ya que estaba acostumbrado, y tenía las manos encadenadas. Después de un rato, notó la presencia de otra persona, *¿será un cliente, u otro pet?* se preguntó, por lo que decidió acercarse lentamente gateando y utilizando su olfato para llegar a él.
*¿A qué huele?* se preguntaba mientras estaba más y más cerca, hasta que dio con su objetivo, comenzó a tocar lentamente sus pies para ver si lograba obtener algún dato de aquel sujeto.

El pelimorado rió por lo bajo mientras veía al chico de cabello plateado. Por un momento pensó en Kadaj, pero no ¿Para que ofender al primeriso? Tan solo sus pelos se parecian.

-Hey... -Se agachó para quedar a la altura del chico, le tomó de la barbilla para mirar su rostro o lo que podía ver de él. ¿Vendas en los ojos? ¿Ropas apretadas de latex? ¿Cadenas? - Vaya, parece que somos de "la misma especie". -susurró ya que no tenía intenciones de que nadie a demás de aquel chico le escuchara.

-¿Como te llamas? Ah, sí, ¿Debería presentarme primero, no? Pero la verdad, no tengo ganas. -se rió irónico sin soltar al chico.

Escucho atentamente los susurros de aquel sujeto, y se soltó rápidamente para poder olerle el cuello, distinguió de inmediato aquel aroma, era… olor a sangre, con sus manos comenzó exasperadamente a tocar sus brazos y su cuello, las reconoció, eran vendas, las cuales el uso en muchas circunstancias.
Luego de esto, se levantó y se ergio completamente, para luego estirarse, se quitó las vendas de los ojos, para mirarlo seriamente y poder presenciarlo por primera vez.
Tenía el pelo morado, un ojo parchado y efectivamente usaba vendas en gran parte de su cuerpo.
-Me llamo Kau- le dijo
-Y honestamente saber tu nombre no es algo q me interese mucho-

Le miró hacia arriba sin intimidarse por la posición que habian adquirido.

Al ver el rostro del chico descubierto y oír su respuesta no pudo evitar sonreír. No con el sarcasmo habitual en él, sino que una sonrisa un tanto más sincera se le escapó de los labios. El chico sin dudas era hermoso y daba respuestas que le gustaban. Una perfecta primera impresion.

Lentamente se puso de pie para sobrepasar al chico en altura y acercarse descaradamente a su rostro.

-¿Asi que no te intereso? -susurró sobre sus labios, mas no tenía intenciones de nada mas que de fastidiar un poco. - Es una pena ya que te guste o no tendrás que conocerme y quizás... hacer un poco más conmigo~ -dijo ahora con sorna, alejandose del chico para dedicarle una mirada de pies a cabeza. Parecía comérselo con los ojos.

-¿Tengo algo en la cara? Que me miras tanto- Le dijo tranquilamente sin demostrar ninguna expresión.
-¿O es q acaso tú te interesas en mí?, podrías partir diciéndome tu nombre- Le susurró al oído, soltando una leve y traviesa sonrisa.
Se alejó un poco del peli morado para acercarse a sus maletas y de ellas sacar un plátano, luego se sentó sobre sus maletas y comenzó a comer aquella fruta mirándolo directamente a los ojos, de los cuales luego levantó una ceja sin despegar la mirada de él.

-Oh si que tenías algo en la cara, tienes un parecido a un chico que hace poco se fue. -comentó con sorna de nuevo, ¿por que no mantener aquel tipo de respuestas?- Estoy comenzando a pensar que nuestro amo tiene un fetiche con los pequeños albinos. -se encogió de hombros, despues de todo poco le importaba si en verdad era asi.

-Al menos tu no eres como él. -lo miró comer la fruta y por poco casi no retiene la carcajada que se le quizo escapar. ¿Que era? ¿Un mono? ¿O acaso estaba mostrando sus habilidades con la fruta? En cualquier caso le hacia gracia aunque solo el chico se pudiese estar alimentando.

-Eiji. -dijo de forma cortante, pero no fue nada intencional. ¿Interés? Quien sabe.
Miró al rededor, en todo el lugar. No, definitivamente no había nadie más divertido con quién jugar.

Notó que esta persona era totalmente diferente a las q había estado obligado a interactuar durante toda su vida hasta ahora.
Terminó de comer su merienda para decirle una vez más –aún espero por tu nombre-
-Eres distinto… ya estaba aburrido de interactuar siempre con la misma gente, si se les podía llamar así- le comentó mientras abría por completo su maleta, dado a conocer su interior.
Habían diversas cosas, en una parte había ropa, ya sea trajes ostentosos y exhibicionistas como ropa un poco más “normal”, también había una cantidad razonable de frutas y dulces de diversos tipos, y lo que más ocupaba espacio dentro de la maleta, eras los diversos “juguetes” y herramientas de “trabajo”, para luego decirle con una sonrisa un tanto pícara, -¿Quieres algo de comer?, ¿o prefieres “jugar” un rato?-

-Puedo imaginar con la clase de gente que has interactuado- Volvió la mirada al crio, fijandola en el abdomen de este. Aquella enorme cicatriz le llamaba la atención.

Alzó una ceja ante sus preguntas, ¿Jugar? No estaba tan desesperado como para tan solo venir a jugar con sus "pares", era tan solo el interés de mirar a sus futuros alumnos.

-Algo de comida estaría bien -respondió acercandose- Ah, que no sea una banana eso si por favor. -se rió y caminó hasta apoyarse en un muro, aunque no quería admitirlo las ultimas acciones con Soul le habian dejado un poco cansado, un poco debil en especial en las piernas. Por su puesto no iba a mostrarse debil pero aún siendo un sadomasoquista su cuerpo seguía siendo humano y reaccionaba como tal.

-¿Cuantos años tienes crio? - lanzó la pregunta al aire, por alguna razón esta vez no quería disfrutar el silencio.

Rió al escuchar su comentario sobre la banana, para luego decir –No es que a mí me gusten mucho, pero fue lo primero q saqué-

Comenzó a hurgar en su maleta para sacar una manzana, -¿Verde o roja?, tú decides- le dijo mientras le lanzaba ambas.

-Pues es un poco complicado, honestamente no estoy muy seguro, pero lo más probable es que tenga 17 o 18 años- le dijo mientras movía su cabeza hacia otro lado, para luego mirarlo y preguntarle. -Y tú, ¿cuántos años tienes?, ¿Y desde cuándo que estas acá?-

-Verde. -eligió mientras se quedaba con esa y lanzaba de vuelta la roja. Le gustaban las primeras por ser más ácidas. Sin darse cuenta comenzó a comerla con bastante antojo. Sí, tenía hambre y nisiquiera se había dado cuenta.

-Ya veo, eres joven como para llevar tantas marcas sobre tu cuerpo. -se quedó pensativo un momento- Tu precio tiene que ser un poco bajo ¿no? -Había omitido la pregunta sobre si mismo pero al rato se decidió a responderle. ¿Porque no si despues de todo el chico le agradaba?

-Tengo 22 años y... el tiempo que he estado aquí... La verdad, no lo sé. -suspiró levemente, cosas como esas no tenían importancia, había perdido la cuenta también de los días, meses y años que pasó en el laboratorio.

Al cabo de algunos minutos se había comido toda la manzana. Terminó botando a penas el centro por ahí.

Aprovechó de comerse la manzana que Eiji le devolvió mientras escuchaba lo que aquel pelimorado le decía.
-mmh, con que 22 años, a pesar de tu estatura, te ves mas joven.-
Le decía mientras mirada detenidamente sus vendas.
-Y, ¿cómo son las cosas por acá?, no he visto a nadie más que a ti, ni siquiera al dueño, ¿cómo es?.
Le preguntó aquello que estaba rondando por su cabeza desde que llego a aquel sitio, sería como su anterior amo, seria una persona normal, lo cual dudaba mucho, ya que una tienda así no la tiene cualquier persona.

-Oh, tomaré eso como un cumplido- Dijo con cierta gracia. ¿Realemnte se veía más joven? Por dios que hasta de momia lo habían tratado con tanto vendaje. Era irrisoriamente tierno el detalle del albino al decir eso.

-¿Nuestro amo....? -pensó un poco y no aguantó decir- Es un potro salvaje~ -se le escapó una carcajada- Ahahahahaha Decir eso es demaciado burdo, no usaría esos términos para describirlo, pero no dista mucho de la realidad. -agregó con cierto misterio en sus palabras, recobrando la compostura.

-Sin embargo es un tipo interesante, no, no normal, pero tampoco un imbécil. -describió luchando por no salir con una de sus frases irónicas.- Creo que tiene la mala costumbre de no presentarse ante los novatos. Alguien debería reclamarle. -se encogió de hombros mientras caminaba hasta tomar asiento al lado del chico desde donde le examinó el rostro con mas detención.

Salí de mi oficina con la caja de cigarrillos "Lucky" en la mano. La rutina se volvía cada vez mas odiosa, tenía que salir o me ahogaría en el papeleo. Pets nuevos significaba más papel que organizar y eso comenzaba a hartarme; por momentos sentía la necesidad de deshacerme de todas las mascotas con tal de no ver un papel nunca más en la vida. Mm... no era mala idea... quedarme solo con los que me interesan, los que cortan con la rutina y acaban con mi aburrimiento. Valía la pena.
La idea me había sacado una sonrisa y como si fuera cosa del destino escuché la voz de uno de esos pets. Pero la frase oída hizo que detuviera mi paso:
"-¿Nuestro amo....? ... Es un potro salvaje ~ "
¡¿Que coño fue eso?! ¡¿Que clase de descripción fue esa?! No era que me disgustara, pero... Ese pet...
Me tomé por el seño mientras escuchaba lo demás, aun con la frase anterior rondando por mi cabeza. Su forma de mostrar "respeto" o "admiración" por mí... era tan extraña como su actitud de todos los días. Eiji era un caso perdido… sino fuera tan sexy y sadico…
Me adelanté intentando no hacer caso a lo anterior (aunque a duras penas podía) llegando hasta donde se encontraba justo cuando pronunciaba su última frase.
- ¿Reclamarme que? - pregunté a sus espaldas.

Escuchó la descripción que le hizo Eiji, pero aun no lograba hacerse una imagen mental de aquel "potro salvaje", -¿Qué habrá querido decir con eso?, Bueno, abra que esperar hasta verlo.-
Vio como otra persona entraba con sigilo mas no a hurtadillas a la habitación, era un sujeto alto y muy fornido, -será otro pet quizás- fue lo que pensó y no le dio mucha importancia, hasta que escuchó aquella frase que le puso los pelos de punta
"¿Reclamarme que?"... "Reclamarme", eso quería decir que aquel sujeto era nuestro amo, el cual a simple vista tampoco parecía una persona normal, lo miró de pies a cabeza analizándolo lo más posible para luego mirar a Eiji.

-Tch.. -chistó sintiendose un poco en aprietos. Jamás había esperado que Bryan llegara de esa manera, mucho menos que alcanzara a oirle. ¿Habría oído también lo otro? Bueno, una parte del tuerto deseaba que en efecto, así fuese. Después de todo sería interesante ver su reacción.

Alzó la cabeza con una sonrisa altanera, como siempre. Vaya que se veía omnipotente si a bryan se le miraba desde el suelo. Por lo que prefirió desviar la vista hacia el albino.

-Vaya, mira que tienes suerte crio. A penas lo invocamos y ya apareció! Te presento a nuestro amo, Bryan Soul~ -dijo haciendose el gracioso un momento antes de volver a mirar al mayor.

-Reclamarte que nunca vienes a ver a tus cachorros recién llegados, amo. -aclaró con un tono prudente, mas no sumiso.

- Aquí estoy ... ¿no es así? Además... los pets nuevos no se irán a ninguna parte - dije mientras me acercaba a la reja para ver mi nueva adquisición, a la cual no había tenido la oportunidad de apreciar hasta el momento.
Me bastó con ver el color y largo de su cabello para quedarme en silencio sin despegarle la vista de encima. Algo terrible debí de haber hecho para merecer esto... tal vez una de mis vidas pasadas fue la culpable... no lo se. Pero era imposible que me deshiciera de uno y me trajeran otro idéntico. Terminaría teniendo problemas con los albinos si esto continuaba así.
- ... Kadaj - pensé en voz alta sin cambiar mi expresión de siempre, aunque con la voz más rasposa victima de la desconformidad de la situación - ¿otra vez?