Hora libre [libre]

Había acabado con "la clase del día" por lo que luego de ducharse y cambiar sus ropas (cosa que le era absolutamente necesaria), vistió una camisa morada a medio cerrar dejando ver parte de sus curiosas vendas, junto con unos pantalones de cuero y un par de cinturones que hacian juego bastante bien.

Su aura era distante, la verdad estaba sumergido en sus propios pensamientos. Su cuerpo dolía inevitablemente luego de tanto "ejercicio físico" lo que le hacía pensar que quizás un par de heridas se habían abierto, pero eso no era importante. Por ahora todo cuanto quería era sentarse y descanzar, hundirse en la música.

Encontró una banca un tanto alejada de la pileta y de todas las flores. Sí, ahí tendria su tranquilidad.

Se recostó de forma despreocupada sobre la banca a todo su largo, se colocó sus audifonos y su MP4 comenzó a reproducir (a un volumen poco moderado) la música rock. Sin embargo duró poco, justo después del primer coro vio a alguien de pie a su lado que le observaba....

Me tomé un descanso... Estaba cansado de estar encerrado en la oficina me hacía falta aire fresco, pero no deseaba salir por la puerta principal. Todo el escándalo céntrico no me permitiría pensar. Opté entonces por un lugar más tranquilo, el parque de la tienda.
Salí confiadamente sacando de mi bolsillo la caja de cigarrillos y tomé uno apoyándome contra uno de los árboles, cuando a la distancia vi a mi pet experto recostado en una banca.
Me acerqué con una sonrisa en los labios y me quedé mirándolo mientras fumaba mi cigarrillo. Si había algo que me gustaba era contemplar la que era mi fuente de dinero andante...

Su único ojo funcional se fijó en aquel hombre (Sí, exquisito) que era nada menos que su amo. Sin embargo eso no marcaba mucho la diferencia en alguien como Eiji.

-Bryan~ - dejó el nombre escurrir de sus labios de forma inevitable, le causaba gracia. - Quiero decir, mi estimado Amo. -se autocorrigió antes de que el otro pudiera llegar a reprocharle.

Se incorporó lentamente dejando los audifonos a la altura de su cuello. Por el volumen de la música aún podía oír las canciones pero también oiría a su amo y señor (en aquel sitio).

-Qué sorpresa verte aquí. -¿debería tratarlo más cordialmente? esperaba que bryan estuviera de buenas porque bien sabría que le costaba horrores ser mas sumiso. - Por lo general estas trabajando como loco o bien con un ojo puesto en tu muchacho preferido ¿No? ¿Hasta las personas como tu pueden darse una pausa? - No quiso sonar ofensivo, pero esa era su forma de ser a pesar de que respetaba enormemente al mayor no podía evitar hablar con ese tono un tanto irónico mimetizado en sus frases.

- Tan atrevido como de costumbre - le reproché con una sonrisa.
Su forma de actuar no me molestaba demasiado, ya que las acciones que producía en la tienda compensaban cada uno de sus gestos fuera de lugar.
- Yo no soy el que tiene que tener el cuerpo pegado a otro hombre para trabajar, eso te consume el tiempo libre... En cambio, el papeleo y contar dinero me dejan un descanso de vez en cuando... ¿Que hay de ti? ¿No hubo demasiado pet que educar?
Me senté en la misma banca sosteniendo el tabaco entre mis dedos, dejando que el humo escape entre mis labios y se desvanezca en el aire mientras miraba el parque.
Era una tarde tranquila, tenía tiempo de relajarme un poco.

-No tengo remedio ¿A que si? -dijo el pelimorado encogiendose de hombros, dandole el espacio para que su amo pudiera sentarse.

-Suenas como un resentido sexual, mi amo~ -dejó escapar con una mirada lasciva de paso mientras se acercaba a él.- La verdad es que no. Tan solo llegó un chico y cumplí con mi misión, por cierto, deberias subirle un poco el precio al chico ese... ¿Dino? Se portó bastante bien y creo que aprendió un par de cosas. Perdón, estoy seguro que lo aprendió. Ya lo comprobé. -aseguró y es que si algo no le gustaba era no cumplir sus propios objetivos. En especial en este "trabajo".

Se acercó lo suficiente para sostener la mano en la que su amo tenía el tabaco. No dudó en lamer sus dedos de un modo descarado pero no burdo antes de acercar el cigarrillo a sus propios labios.

-¿Me darías un poco? -consultó a penas rozando el vicio. Sin despegar su mirada de los ojos del otro.

Reí efusivamente cuando me llamó "resentido sexual", definitivamente algo que no cuadraba conmigo.
Me aseguraba que Dino había aprendido algo. Hm, ya lo pondría a prueba en ese caso. Pero esta vez solo con Dino, no quería que Kadaj opaque sus nuevos movimientos.
Sentí su lengua tibia sobre mis dedos, consultando con esa mirada cautivadora si le cedía un poco de mi tabaco.
- ¿Que más da? Mientras que no te ahogues con el humo...
Definitivamente sabía lo que hacía. Este pet era un exelente profesor.

-No soy un crío, ¿Te gustaría que lo fuera? -preguntó antes de darse el permiso de inhalar un poco del cigarrillo. Era un sabor que le traía viejos recuerdos de su "vida libre" la cual ni siquiera extrañaba.

Retuvo un poco el humo en sus pulmones antes de dejarlo salir con suavidad de sus labios.

Se acercó a su amo, susurrandole en el oído con esa voz ronca usual que tenía.

-Muchas gracias~ - Lamió su lobulo como si fuera parte de su agradecimiento. No era su estilo sentarse en la falda de su amo, pero si lo era hacer cosas como esa, sutiles, sensuales, un tanto traviesas.

-Me pregunto si alguien habrá hechado a correr algún rumor sobre el nuevo profesor. No sé porque no vienen alumnos. ¿Tan poco interés tienen? ¿O acaso me temeran? Deberías obligarlos a ir de alguna manera~ O sentiré que estoy perdiendo el tiempo.

Miré por el rabillo de mis ojos cuando pasó su lengua por mi lóbulo. Tan sensual como la palabra misma.
Por otro la lado me quedé pensando en sus palabras: "No soy un crío, ¿Te gustaría que lo fuera?"... ¿Me gustaban los críos? Hm... tal vez. Me hacía gracia verlos tan inexpertos y dóciles. Pero era un hecho que me gustaban mucho más los pets con la experiencia de Eiji. No era tan divertido sin un jugueteo de por medio, algo que se notaba que el profesor tenía bien claro.
Era de esperar como había llegado a ser "maestro".
- De hecho... te llevaré un nuevo alumno dentro de poco - comenté ante sus últimas palabras - Supuestamente se trata de un pet que sabe lo que hace... Tu sabes... Es obediente, bueno en la cama y demás. Muchos clientes me lo han comentado... Sin embargo, a mí no me lo demuestra. Es bueno en la cama, eso no lo niego, pero lo noto algo... tímido, cómo si se detuviera a consultarme antes de actuar.

-Ya veo ¿Y quien sería el afortunado? -preguntó con curiosidad. Más que nada porque Bryan estaba describiendo a un chico interesante, controversial a sus gustos. ¿Bueno en la cama pero tímido? Eso era dependiendo del punto de vista que le evaluara. Despues de todo el sexo no es tan solo dejarse hacer. Al menos tenía a favor la obediencia cosa que él consideraba absolutamente importante.

-Mh~ Tu mandas después de todo. Sabes que solo tienes que enviármelo. -le sonrió un poco malicioso- Eso sí, si es uno de tus preferidos mándame una nota con los detalles, ya sabes~ Por si no quieres que me "exceda" con él. -le advirtió muy seriamente, dejando entrever un poco de su insanidad, la que asumía ser sabida por el otro desde el comienzo.

Su cuerpo se inclinó sobre su amo tan solo para olerle con sutileza. Como una manía, una especie de ritual acompañado luego por su mano izquierda posandose en la nuca del otro, entrelazando sus dedos con las finas ebras de cabello para generar un agarre firme, pero no violento (o no del todo).

-El tabaco te sienta muy bien... -admitió antes de darse el permiso de lamer los labios ajenos, delineandolos con su hábil lengua para posteriormente robarle un beso.

¿Le reprocharía? Lo dudaba.

Su respuesta no me sorprendió, después de mi descripción era seguro que le interesaría tener aunque sea un mero nombre de quien me refería. Pero luego planteó aquello sobre el favoritismo... ¿Era uno de mis favoritos? Mm... me había acostado con él , pero eso no lo hacía mi favorito, además... En cierto sentido, cuando no lo tenía en la cama todavía le guardaba algo de rencor.
Podría hacer lo que quisiera con él... En tanto "lo repare".
De repente, me tomó como objeto de sus manías de pet y seguidamente me lamió antes de besarme.
Endemoniados pets, tenían la facilidad de corromper mi voluntad de "amo no perverso". Parecía imposible mantener esa postura siendo el dueño... conviviendo todos los días con ellos. Si seguía así terminaría enrrollandome con todos mi pets. Pero como acostumbraba, en ese momento no me importó.
Atrapé su lengua con mi boca tomando el control del beso, imponiéndole mi ritmo y mi brusquedad, recostándolo lentamente sobre la banca, dejándome a mi sobre él.
¿Cómo se sentiría acostarse con un pet "experto"? Debía descubrirlo... y para eso debía dejarlo actuar...

-Mh~ -se entretuvo jugando con la lengua ajena, respondiendole ante cada movimiento pero dejándole tener el control. Vaya que sorpresa más grata se había llevado el pelimorado. ¿No debería haberle reprochado? O quizás ni siquiera haber reaccionado.

Al parecer algo estaba cambiando y, por supuesto, a él le causaban curiosidad los cambios.

Le envolvió con su otro brazo a través del cuello a medida que iba quedando recostado en la banca. La otra mano se mantenía acariciando el cabello ajeno (más bien jalandolo con cuidado de vez en cuando simplemente saciando uno de sus fetiches. Cuando tuvo la oportunidad mordió (sin llegar a hacer sangrar) los labios ajenos, tirando un poco su piel para darse un respiro y luego volver a aquel beso que pasó de uno "normal" a uno un tanto más apasionado.

- ¿Desde cuando nos permites esto que no me había enterado? -comentó con sarcasmo cuando detuvo el beso, mas no dejó ir su cuerpo. Su amo era cálido, muy diferente a su piel que, producto de la anemia, a demás de ser blanca como papel era bastante fría.

Lo tomé del cabello con algo de brutalidad, separándolo un poco más de mi para ver su rostro con más claridad.
- Yo no te estoy permitiendo nada... - le aclaré pasando la mano que tenía en su cabello a su cuello, ejerciendo presión sobre él - sólo me estoy aprovechando de ti.
Volví a besarlo mordiendo su lengua cuando conseguía atraparla; la maldita tenía la facilidad de huir escurridiza cuando quería morderla. En cierto sentido, me parecía "divertido" ir en su búsqueda, explorando su boca a fondo.
Además, se sentía bien poder tomar a un pet de esa forma sin que llorase o se quejase como un bebé. Eiji no sólo lo soportaba, sino que además, sabía que le gustaba.
Pasé mi mano por debajo de su ropa, arrancando sus vendajes. Ya que me estorbaban cuando deseaba acariciar su piel, y más que nada, sus heridas y cicatrices. Me ponía demasiado pensar cuantas más podría hacerle yo.
- Te pondré a prueba... - le reté con una sonrisa en los labios mientras apretaba una de sus heridas recientes - Veamos que puedes enseñarle a tus alumnos...

-Mh~ -dejó escapar de sus labios denotando cuan agradado estaba. No podía negarlo, esto le gustaba. Sin embargo quizas Bryan era el único que podía tomarle de aquella manera. Era su amo despues de todo y vaya que sabía como prender a un desquiciado como él.

El jugueteo con su lengua era viciante, sentir las mordidas y la brusquedad del otro en su punto exacto le sacaba de su rutina, le incitaba a querer más.

- AH! -fue un quejido, en efecto, ya que le había tomado por sorpresa. El dolor punzante sobre su herida fue exquisito y no pudo reprimir el gemido.

-¿Ponerme a prueba? - Que lo hiciera todo lo que quisiera, después de todo no era alguien facil de saciar.- ¿A mis alumnos? Puedo enseñarles todo cuanto me pidas, sabes bien mis capacidades o quizas ¿debo recordartelas? -ahora fue Eiji quien atacó el cuello ajeno casi como si fuera un vampiro sediento. Comenzó lamiendo la piel pero rápidamente las mordidas se hicieron presentes seguidas por algunos chupetones. ¿Porque no dejarle un recuerdo? Una marca visible. Unas cuantas mas bien.

-Hey, estamos en el parque~ ¿No te importa que los demas puedan vernos? -le susurró mientras sus manos desabotonaban un par de botones de la ropa del mayor y bajaban dejando una marca "sutil" con sus uñas hasta el borde de su pantalon- Sabes que por mi no hay problema, aunque el exibicionismo no es exactamente lo mio, pero aquí eres el jefe y a demas aquí también hay clientes de vez en cuando. ¿No? -se rió en su cara- Bajarás la reputación de este lugar si te ven jugando con tus pets tan descaradamente~

- Hm... no imaginé que te preocuparía eso a ti... - sonreí sorprendido por su preocupación sobre la reputación de Pair Soul, pero era cierto; jugar con mis propios pets dejaría mal visto el establecimiento. Quedarían todos como pets "usados", una categoría falsa, pero que bajaría las ventas con certeza.
A pesar de eso, no tenía deseos de hacerlo en mi oficina ni mucho menos en su habitación, se me antojaba un lugar en el que, de así desearlo, los demás pets pudieran vernos también. Y de eso aprender una lección.
- Tu salón de clases... - dicté en una orden cargándolo por la cintura como si de un objeto se tratase hasta el lugar indicado.

[abre tema allí]

Se vio sorprendido, antes de poder reaccionar o siquiera responder ya estaba siendo cargado como solo Bryan podía hacerlo.

No era que le molestase, por el contrario sería interesante ya que en el salón tenía uno que otro juguete.

Estaba ansioso.

Tenía que admitirlo, había sido una buena idea ir hasta aquel lugar. Era "su ambiente" después de todo. Ningún cliente podría verles pero si los pets.

-Que sucio eres Amo~-

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