La clase continua [libre]

Entré al cuarto de duchas seguido de ambos pets y abrí una de las regaderas, sólo una, no había necesidad de poner a funcionar otra. Si Eiji quería tomar un baño... lo haría con Kadaj.
- Adelante... - ordené caminando hacia uno de los rincones de la habitación para así tener una vista panorámica del pet que tomaría la ducha.
Mantenía la vista sobre él mientras se desvestía, vigilando sus movimientos, calculando la sensualidad de cada uno.
- ¿Tu también tomarás un baño? - pregunté dirigiéndome a Eiji, aunque mi vista aún rondara por el cuerpo de Kadaj. La idea de que se bañaran juntos no dejaba de ser tentadora, me resultaba entretenido.

-Por supuesto - respondió a secas pero con calma, no tenía intenciones de quedarse así luego de haber tocado al albino que se encontraba en estado de "uso". No podía evitar sentir un poco de asco.

Sonrió sutilmente y comenzó a desnudarse con bastante tranquilidad, sin mirar a Soul porque aquello, supuestamente, no era mas que una ducha para poder continuar la clase. Aunque el tuerto bien sabía que eso distaba un poco de las intenciones de su amo.
Era un pervertido. Pero le divertía su perversión.

Se quitó la chaqueta y la camisa, dejándolas lejos de las regaderas. Sus movimientos eran sensuales pero parecian ser plenamente "naturales". De a poco se fue quitando los vendajes que llevaba, dejando a la vista algunas heridas a medio sanar. Como siempre, lo unico que no quitó fue el parche de su ojo. Sin embargo cuando llegó el turno de quitarse los pantalones esta vez posó la vista de lleno en los ojos de su amo. Su mirada parecía decir "Se lo que quieres", su lengua humedeció sus propios labios a medida que se iba deshaciendo de la prenda junto con su ropa interior, quedando completamente desnudo sin sentir el mínimo pudor por ello.

Lanzó una mirada a kadaj quien aún no comenzaba. Se acercó lentamente hasta poder susurrarle al oído.

-¿Que pasa? ¿Necesitas ayuda? -su voz cambió, era sensual, era incitante.

Entré al cuarto de duchas despreocupadamente, era la oportunidad perfecta para demostrarle al amo que no valía la pena "cambiarme" por Eiji.
Cuando me abrió la regadera yo di unos pasos adelante, y de espaldas a él, hice deslizar la yukata por mis hombros lentamente hasta mi cintura. Quería que me viera, que me deseara... Sonreí aprovechando que mi mueca estaba fuera de su vista, podía sentir su mirada sobre mi cuerpo, recorriendome como si quisiera ver más.
Sin embargo sus palabras borraron mi sonrisa... Se dirigía a Eiji, por lo que miré curioso sobre mi hombro sin llegar a distinguir sus palabras hasta que sentí al profesor detrás de mi, susurrando a mi oído.
- Estoy bien... - le aclaré permitiendo que la yukata terminara de caer para caminar tranquilamente hacia la regadera, dejando que el agua moje mi cabeza y luego mi frente, recorriando en hilos finos el resto de mi cuerpo.
Me dediqué unos segundos en pensar que le vendría bien al amo. Después de todo lo que habíamos hecho con Dino, he de suponer que al amo le gusta ver las relaciones entre pets. ¿Eso es lo que quería?
Miré a Eiji y quitando los cabellos empapados de mi rostro con una mano, le extendí la otra, invitándolo a meterse conmigo a la ducha. Si un espectáculo era lo que el amo quería, ¿como habría de negarselo?

Los actos de Eiji captaron mi atención... Siempre tan sensual y cautivador, que por un momento parecía leer mis pensamientos. Sabía lo que quería y lo que buscaba, aunque Kadaj pareciera huir.
Se alejó de él como si lo hubiera espantado, ¿tan dificil era leerme? A mi pet experto no parecía dificultársele la tarea, aunque claro, tal vez Kadaj no era tan experimentado como pensaba. Era sólo un crío, después de todo.
Finalmente me contradijo, invitando a Eiji a la ducha. Ya era hora de que hicieran algo más interesante.
"Haber, complázcanme" pensé y una sonrisa escapó de mis labios al verlos a ambos.
Me crucé de brazos apoyado contra la pared de vista panorámica hacia "la escena romántica", disfrutando de la película.

Aceptó la invitación, aunque no diría que fue con gusto. Podía fingir todo el espectaculo que quisiera pero realmente aquel pet peliplateado no le atraía en lo más mínimo como para un buen montaje. Bueno, tendría que aludir a toda su hipocrecía.

Lentamente se metió bajo el agua junto con kadaj, al que abrazó de la cintura, pegandolo a su cuerpo bajo el agua tibia que recorría sus cuerpos. Su mirada se clavó en las orbes del menor y en sus labios se dibujó una sonrisa pícara, maliciosa. Sí, sin dudas era un buen mentiroso, quizás también lo era el otro ya que de seguro el rechazo... mas bien dicho "la poca atracción" parecía ser mutua.

-Vamos a jugar~ ¿Que tanto podremos provocarle? -susurró sobre los labios ajenos, como tentandolos a tomar contacto mientras una de sus manos le mantenía firme y la otra comenzaba a recorrer el cuerpo del albino desde sus cabellos hacia abajo.

-Pero primero que nada... debemos limpiarte- decretó el tuerto al recorrer lascivamente el trasero del chico, el que inspeccionó sin permiso con sus dedos. Rozando sutilmente su entrada luego de separar un poco sus piernas, por supuesto le daba la oportunidad al chico de ofrecer resistencia o bien avivar el fuego.