Una noche para disfrutar [privado]

Me removí en las sabanas sintiendo como entraba en mí, cada vez más profundo hasta lograr tocar mi parte más sencible, haciendo que gimiera apretando con más fuerza la almohada.
Pronto empezó a follarme con fuerza haciendo que me entremezca y excite más a la vez.
Me llevé el dedo índice a la boca, mordiendolo levemente mientras me dejaba hacer.
Cuando las fuertes estocadas llegaron a tocar mi próstata puse ambas manos alrededor de su cuello para abrazarlo, obligandolo a que nuestros cuerpos se rocen.
Jadeando y gimiendo coordinadamente con sus estocadas, rasguñé su espalda de forma lujuriosa, desesperado por sentir más placer, mientras lo besaba totalmente sumiso ante mi amo.

Me excitó todabía más sentir aquel dolor tan placentero que me provocaban las uñas de kadaj clavandose en mi espalda y después de besarlo con desesperación, le di la vuelta... dejando a mi pet de rodillas en la cama y con la cabeza y brazos aun recostados. Haciendo que levante aquella parte que moría por ser penetrada.
Volví a introducírselo montandome sobre él, besando y lamiendo su espalda, besando aquella herida que mi látilo le había provocado.
Le di con más fuerza, notando como pronto me correría en su interior. Deseoso de que él se corriera conmigo.
Pasé mi mano a su miembro al cual no le había otorgado ninguna atención hasta el momento, y cuando los gritos de placer que emitía Kadaj se hicieron más sonoros y comenzó a jadear desesperado, le susurré al oído:
-Pídeme que te deje correrte...

Cuando quiso cambiar de posición y me puso de esa forma tan prometedora no hice más que sonrojarme. Hasta por un momento pensé que se iba a quedar mirandome desde ese ándulo, pero me equivoqué. Inmediatamente se montó sobre mi metiendomela bien adentro haciendo que el placer en mi fuera mayor.
Durante aquellas agradables estocadas me dediqué a morder las sabanas gustoso, pero cuando comenzó a masturbarme el placer fué demasiado. Me desesperé comensando a gemir y jadea, estaba demasiado cerca del orgasmo. Entonces él me dijo que le pidiera permiso para venirme... obedecí sin chistar.
-Por favor... déjeme correrme... ¡Por favor! ¡¡Ah!! - no podía evitar hablar en un tono más agudo de lo usual y dejar escapar unos gemidos entre medio, realmente ya no podía resistirlo, iba a correrme.

-Bien... te lo permito- apenas dije esto se corrió en mi mano, y yo con una estocada más me corrí dentro de él, llenándolo con mi escencia. Lamí su hombro lascivamente. Se había sentido exquisito.
Pasé la mano que se encontraba posicionada en su cadera hasta su cuello obligándolo a reincorporarse conmigo, de rodillas en la cama, apoyando su espalda contra mi pecho, sin sacar mi pene todabía.
Lamí su oreja y luego mordí su lóbulo, elevando la mano que lo había masturbado tocar sus labios, manchandolos con su propio semen.

Lamí sus dedos gustoso, saboreando mi propia escencia hasta que el sacó su miembro de mi interior y me recosté en su cama. Estaba demasiado cansado como para levantarme.
Él se recostó a mi lado y yo puse mi cabeza sobre pecho, lentamente el sonido de su corazón me hizo quedarme dormido como si se tratara de una canción de cuna. Mis ojos se cerraron pesadamente.

Cuando lamió mis dedos degustando su semen, decidí que era el momento de quitar mi pene. Dejando que mi escencia se deslizara desde su entrada por sus piernas, hasta manchar las sabanas de la cama.
Se recostó en mi cama, exashusto de tanto sexo y yo me recosté junto a él, abrazándolo por la cintura. Era mejor que descansaramos ahora, mañana por la mañana lo llevaría a la tienda.

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